De autómatas y positivismo.
Nuestra palabra autómata, viene del latín ‘automăta’ y esta a su vez del griego ‘autómatos’, que implica: ‘ingenios mecánicos’; propiamente ‘espontáneos, que obran por sí mismos’.
Hoy se define a un autómata como una ‘máquina que imita la figura y los movimientos de un ser animado’ (https://dle.rae.es/aut%C3%B3mata)
Los primeros autómatas de los que se tiene noticia naturalmente provienen de la antigua Helas, en sus mitos Hefesto construyó a Talos, un gigante de bronce que protegería sus costas de los piratas y Dédalo tenía unas estatuas que podían hablar y moverse con total libertad.
Ctesibio, conocido como el padre de la neumática antigua, diseñaba relojes con buhos mecánicos que se movían y cantaban marcando las horas (The Rise and Fall of Alexandria: Birthplace of the Modern World by Justin Pollard and Howard Reid on page 132). Herón de Alejandría, el último gran ingeniero de la antiguedad escribió ‘Los autómatas’ (Αυτοματοποιητική), libro en el que compilaba ejemplos de autómatas que a veces sonaban difíciles de creer, como aves que volaban y cantaban.
La mayoría de los autómatas se construian para el entretenimiento, esta tradición de construcción mecánica continuó durante la edad media y el renacimiento mientras se extendía a otros lugares, incluyendo el mundo árabe y el norte de Europa.
Ya para la época de la revolución industrial, momento en que se habían descubierto mejores materiales y fuentes de energía, los autómatas mejoraron notablemente, tanto que algunos teorizaban que en el futuro se volverían indistinguibles de los animales o personas reales ¿quieres ver algo sorprendente? haha https://en.wikipedia.org/wiki/Maillardet%27s_automaton.
A partir de la segunda mitad del s.XIX mientras se estaban fabricando esas maravillas mecánicas, una nueva ola de positivismo científico surgió en Alemania (yo también lo goooglé XD (nunca había escrito el término lol), el positivismo es una teoría filosófica que considera que el único medio de conocimiento es la experiencia comprobada o verificada a través de los sentidos.), esto coincidió con el auge de las ciencias experimentales, en ese momento surgieron el realismo y el naturalismo como corrientes literarias.
(Léase el párrafo ‘De románticos y realistas’ de la entrada El almohadón de plumas).
Y en ese contexto Eduardo Ladislao Holmberg escribió ‘Horacio Kalibang’.
Resumen [spoiler alert]
El relato empieza con una escena en la que se describe al brugomaestre Hipknock (término que deriva del alemán ‘Bürgermeister’ y se refiere al equivalente de un alcalde), su sobrino Hermann, el mariscal Vogelplatz, su hija Luisa, de la que el narrador hace una inquietante aseveración a saber que cumplía quince años, ‘La edad más deliciosa para una mujer’ (oie qué?¡¡¡) y otros ilustres personajes.
Pues que los invitados estaban celebrando los quince años recién cumplidos de Luisa, Herman discutía con el burgomaeste sobre lo concebible y lo posible, en alusión a que hay hechos que la ciencia no podía explicar, Hipknock respondía con vehemencia que solo creía en lo positivo y lo tangible mientras engullía un trozo de jamón de Pomerania.
Entonces llegó el narrador, Fritz, primo del burgomaestre y violonchelista.
Lo enteran del motivo de la discusión; un hombre que puede perder su centro de gravedad, Hipknock vuelve a desestimar la opinión de su sobrino que pensaba que ese gran prodigio era un misterio para la ciencia moderna y prosiguen con la tertulia.
Algunos momentos más tarde un criado anuncia a Horacio Kalibang, el hombre que perdió su centro de gravedad. Los concurrentes muestran verdaderas señales de terror cuando ven al hombre en una posición imposible, ni siquiera el burgomaestre fué inmune a la naturaleza del fenómeno que prescenciaban. Después de mostrar sus habilidades Horacio Kalibang se despide con las palabras: ‘buenas noches, ahora saben que no soy un mito’ y se retira caminando en la misma posición antinatural.
Los invitados empiezaron a hablar profusamente de la maravilla que habían prescenciado, el burgomaestre está decidido a develar el misterio de quién es realmente Horacio Kalibang.
Fritz, ahora como voz activa de narrador ‘dibuja’ un retrato moral del su primo el Burgomaestre, un hombre que se regía por los principios del materialismo alemán, su tierra natal, no creía ni en Dios ni el Diablo y estaba excomulgado hasta la quinta generación, cosa que decía no significaba algo bueno ni malo. Figuraba en las listas de importantes sociedades científicas de todo el mundo y era honesto y directo, hombre de un solo carácter, comportándose igual con sus amigos que con el Kaiser, a pesar de que su rechazo a la religión le había ganado numerosos enemigos anónimos en realidad no conocía a ninguno cara a cara, todos los que entablaban una conversación con él se daban cuenta de que era un buen hombre, sus muchos amigos daban testimonio de ello, por último, debido a su curiosidad científica, cuando un misterio se le presentaba tenía por fuerza que resolverlo, Horacio Kalibang se había convertido en su nuevo objetivo.
Nos movemos de escena a una noche de lluvia tenue en la que el burgomaestre seguía a dos individuos, después de algún tiempo de hacerlo por fin se resuelve el misterio cuando uno de los hombres saca una presunta llave de las que se usaban para dar cuerda a constructos mecánicos y la introduce en el cuello del segundo sujeto y le dá algunas vueltas, Horacio Kalibang era un autómata.
Ya en su hogar satisfecho de sus descubrimientos, le llegó una invitación del hombre que le dió ‘cuerda’ a Kalibang, el fabricante de autómatas Oscar Baum que lo animaba a ver sus proyectos debido a su reputación de hombre ilustrado, el burgomaestre decide acudir en compañía de su primo Fritz el narrador.
Los dos acudieron a la invitación y fueron recibidos por un autómata, cosa de la que el burgomaestre no se percató hasta que Fritz se lo hizo notar, Baum les había preparado una demostración de gran complejidad, músicos tocando de manera exquisita, pintores con gran técnica, soldados batiéndose en duelo, hermosas niñas bailando, incluso se reprodujo la escena en la que conocieron a Horacio Kalibang, el burgomaestre estaba maravillado de lo indistinguibles que eran los autómatas de las personas reales, Bauhm les explicó que tenía varios miles regados por el mundo y así probaba sus obras en cuanto a habilidad y realismo, cuando se despidieron tanto Fritz como el Burgomaestre se cuestionaban si su acompañante era o no un autómata.
Algún tiempo después el ahora capitán Hermann Blagerdorff y Luisa Hipknock unían sus destinos.
‘Habían leído Werther y se amaban’.
Durante la celebración, el burgomaestre no paraba de buscar a Fritz, cuando todos estaban a la mesa preguntó con solemnidad «‘Amigos míos, permitidme una pregunta: ¿Hay entre ustedes algún autómata? Decídmelo, por favor’. Todos se miraron entre sí: los unos por que no sabían lo que era un autómata, los otros por que lo sabían demasiado.» Después agregó: ‘¿Y Fritz?, ¿por qué no ha venido Fritz?'».
Entonces entró Horacio Kalibang con una carta que explicaba que Fritz y Oscar Bahum eran la misma persona, que amaba a Luisa y que ahora que se casaba con el capitán nada tenía que hacer allí, su regalo de bodas sería Horacio Kalibang que además de ser un autómata era un preceptor y les enseñaría importantes cosas a sus hijos. Era un autómata la noche en que se presentó Kalibang por primera vez, era un autómata cuando visitaron a Bahum, y le advierte con las siguientes palabras:
‘Tengo al mundo en mis manos, por que lo manejo con mis autómatas.
Cuando, sumergido en el torbellino de la política, encuentres algún personaje que se aparte de lo que la razón y la conciencia dictan a todo hombre honrado… puedes exclamar: ¡Es un autómata!.
Cuando sumergido en las grandes batallas del pensamiento, tu adversario científico llame en su apoyo los misterios de la fe… puedes exclamar: ¡Es un autómata!.
Cuando veas un poeta que te pinte lo que no siente, un orador que adula al pueblo, un médico que mata, un abogado que miente, un guerrero que huye, un patriota que engaña, un ilustrado fanático y un sabio que rebuzna… puedes decir de cada uno de ellos: ¡Es un autómata!.
Recuerda con frecuencia a Oscar Bahum, o si quieres a tu primo Fritz. Persiste en tus ideas: ¡son la luz del porvenir!.
Un abrazo a todos’.
El burgomaestre terminó de leer la carta con los ojos llenos de lágrimas. Cuando Luisa ya esposa de Blagerdorff se despedía le dijo: «Serás felíz hija mía, tendrás hijos, yo seré el más felíz de los abuelos ya que soy el más desgraciado de los primos. Y cuando tenga un nieto yo sabré decirle, y si muero, díselo tú: ‘Hijo mío, antes de esparcir los aromas que broten de tu corazón, examina con cuidado si no es un autómata la copa que los recibe'».
La tecnología en la narrativa
Se considera fantástico a este relato por que hay personajes que aceptan el suceso (Kalibang y sus acrobacias) como algo fuera del entendimiento humano (el sobrino del burgomaestre, Luisa y otros asistentes) y también hay quienes buscan explicarlo mediante la ciencia y la razón (el burgomaestre). La vacilación entre las dos posibilidades es lo que le permite ser llamado así.
Posteriormente la naturaleza del relato cambia cuando el burgomaestre descubre que Horacio Kalibang es un autómata, Oscar Han llama a este tipo de relato (motivo) ‘El gólem’, por que se trata de un individuo artificial construido a la semejanza de su creador o algún ente natural.
El relato vuelve a cambiar cuando se plantea el hecho de que cualquiera puede ser un autómata, el mismo burgomaestre empieza a dudar si Fritz es uno, se le llama motivo del ‘Doppelganger’, palabra que surge del alemán doppel, que significa «doble» y gänger: «andante», en la mitología germánica y nórdica «El que ve a su doble es que va a morir», se trata de un doble exacto al de una persona, que en ocasiones incluso lo subplanta.
Haciendo alusión a que la mayoría de motivos literarios ya han sido explorados, la referencia más antigua que se tiene de un gólem es el que ‘construyó’ el Rabbi Judah Loew en el siglo XVI para defender el gueto de Praga de ataques antisemitas, aunque los filósofos hebraistas de la época consideran que Adán es el primero. Zeus y Uther Pendragón por su parte subplantan a otros hombres para llevar a cabo sus fines, ambas leyendas antiguas, que abordan la subplantación por un doble exacto.
Al final el tema pasa a ser una decepción amorosa cuando Fritz se despide debido a la pérdida de Luisa e incluso un poco de crítica a la sociedad aparece cuando se recrimina a los corruptos, traidores y mentirosos.
No encuentras muchos cuentos con tanta riqueza de contenido.
Un aspecto sobresaliente del relato es que construye el suceso insólito a partir de un avance tecnológico, cosa poco frecuente, la tecnolgía como fuente de lo fantástico se suele usar más en otros géneros literarios, me viene a la mente La invención de Hugo Cabré , algunas obras del Maese Julio Verne o la ciencia-ficción moderna del periodo de Asimov y sus colegas.
Un detalle curioso al respecto es que los relatos que basan su efecto en los avances tecnológicos tienden a envejecer mal, en el relato se habla de reproducir las funciones del cerebro humano con mecánica pura por ejemplo, aunque la verdad eso le añade full de encanto, me lo imagino todo steampunk como el episodio ocho de ‘love, death & robots’.
