El fistol del diablo – diario de lectura (parte 6)

Imagen destacada de reseña y resumen de el fistol del diablo

Esta es la sexta entrada de una serie de resúmenes y comentarios sobre El fistol del Diablo de Manuel Payno, puedes encontrar el resumen general del libro en la entrada: Resumen y comentarios finales de El fistol del diablo

En la entrada anterior Manuel y Aurora se vuelven a encontrar en una quinta de San Jacinto, previamente Arturo y Josesito habían formado una alianza contra D. Pedro. Juntos se entrevistaron con Florinda que los enteró del destino de Aurora y decidieron robarsela. La noche en la que habrían de hacerlo Arturo encontró a Celeste y ya no se pudo separar de ella.

Nuevas maniobras (capítulos XXXI a XL) [Spoilers]

Después de todo el episodio del reencuentro de los amantes, la familia ahora ampliada con Josesito, Celestina, Florinda, Luis y sus hijos se reunió en la quinta de San Jacinto.

Allí, Arturo llevó aparte a Celeste y le volvió a hablar de amores, pero ella se había enterado de su proyecto de robarse a Aurora, y lo rechazó de plano más resuelta que nunca.

—¿ Y por qué no puedes ser mi esposa?— le preguntó Arturo entusiasmado.—Porque hay otra mujer que padece por tí, que ha preferido el encierro de un convento á vivir rica y sola en el mundo si tú le faltabas;

Celeste

Estaba por insistir cuando lo llamaron para hablar de asuntos importantes en un concilio de todos los varones.

El concilio de la quinta

Allí, Luis notificó que fué a visitar a D. Pedro para arreglar los asuntos financieros de todos sus amigos. Pero el viejo había actuado con tal habilidad que estaba completamente libre de cualquier acusación.

Con libranzas falsas desconoció el robo de las joyas de Arturo, con papeles firmados por Celestina la planeaba desalojar de la casa que le habían logrado arrebatar Arturo y Josesito y con el testamento de la madre de Aurora invalidaba toda indicación anterior a su muerte dejándola prácticamente en la calle, sin mencionar que ahora con Teresa ‘muerta’ disponía de su cuantioso caudal.

Los ánimos estaban por los suelos, los héroes no encontraban manera de sortear la tormenta que se avecinaba.

En eso estaban, cuando (adivinaste) llegó Rugiero, con una buena explicación justificó su presencia y confirmó las palabras de Luis, entonces de nuevo les propuso guiarlos, luego de que Arturo comprometiese su alma (again) en la empresa.

A todo esto, Manuel había sacado el cofrecito con las joyas de Arturo que Blas Contreras le había devuelto (recordemos que lo robó a Florinda y que ayudó a Manuel en su batalla contra el administrador de Teresa, véase la entrada 5).

Arturo aún tenía pendiente el asunto del fistol de Rugiero y lo mencionó, pero éste, en vez de aceptarlo, recomendó darlo a Aurora pues había sido su última dueña, resuelto el asunto, el visitante se despidió y todos durmieron un poco pues ya era muy tarde.

meme de celeste, resumen de el fistol del diablo
Lol (no digan malas palabras niños)

Diligencias contra D. Pedro

Al día siguiente Teresa les invitó a desayunar y le entregó una carta a Arturo en la que el padre Anastasio le notificó de la resolución de Celeste para entrar a las hermanas de la Caridad.

Arturo estrujó el papel, visiblemente enojado pues la chica lo había mandado al gorro otra vez, Florinda le recomendó decidirse y le entregó otra carta enviada por Aurora.

Se apartó para leerla, en ella Aurora le confirmó su amor de puño y letra (ohhhhh), le habló del primer baile, de su fingida indiferencia, de la vez en la que hablaron de su duelo con Manuel y de que siempre lo amó, aún cuando había caído en desgracia, le agradeció por no haber hecho una locura la noche de la cita y finalmente le pidió valor y diligencia para salvarla de D. Pedro, y el severo padre Martín.

Arturo de mi corazón: Hace muchos años que pensaba en un imposible, y hoy la realidad me llena de placer y de dicha: tú me comprenderás. Desde que vinistes de Europa y te vi por la primera vez, te amé; […] Adiós, Arturo; ámame mucho, porque de veras no encontrarás mujer en el mundo que te quiera como yo. Escríbeme por conducto de Florinda y no ceses de trabajar hasta que logres sacarme de este encierro. Te envía su alma y su corazón,— Tu Aurora

Carta de Aurora (:o)

Decidido por fin sobre sus amores volvió a donde Manuel y Teresa y acordaron ir a ver a D. Pedro en persona y resolver de una vez sus asuntos.

Arturo y Josesito se presentaron primero, lo increparon de sus respectivos asuntos y lo pusieron incómodo, el papel de Josesito era dar una fuerte cólera al tutor lo cual no le cayó nada mal, después Arturo y Manuel le pidieron sus papeles, las cosas se empezaron a poner tan mal para D. Pedro que iba a llamar a sus criados y a la policía cuando la voz de Teresa lo detuvo y le recomendó entregar los documentos o Manuel lo mataría.

Sus palabras y presencia tuvieron por todo efecto conducir al desvanecimiento del tutor. Josesito aprovechó la confusión para robar los papeles que Rugiero había sugerido y escapó disimuladamente.

La venganza de D. Pedro

Ya repuesto de la impresión de ver a la resucitada Teresa, D. Pedro consideró librarse de tantos problemas y dejar en paz todo el asunto, devolver las cosas que debía, dejarle sus posesiones a las bellas y vivir lo que le restaba de vida con su propia fortuna que no era pequeña.

Pero desechó de inmediato la posibilidad, la codicia y la lujuria lo tenían completamente cegado.

Entonces se dispuso a acelerar sus gestiones para desalojar a Celestina, incautar los bienes de Aurora y hacer totalmente improcedentes los reclamos de Luis ante las autoridades.

Y la situación política de la república se prestaba muy bien para lograr sus fines.

Clases de historia

Todo el mundo sabe que el virreinato de la Nueva España ocupaba una extensión territorial del doble del tamaño del actual México, después de la independencia salvo algunos ajustes con los vecinos del norte las fronteras quedaron más o menos igual.

El accidentado primer siglo de historia nacional se portó particularmente mal con el país.

En 1836 Texas se independizó, con apoyo norteamericano por cierto, este hecho hizo evidente la agenda expansionista de el país vecino, que ya para 1846 estaba en guerra abierta, por acá llamamos a ese evento ‘La intervención estadounidense’, todo indica que estos capítulos tuvieron lugar este año.

Escribo eso por que el narrador nos cuenta que el gobierno había instaurado una guardia nacional, al mismo tiempo que los ciudadanos organizaron otra.

Así que tenemos por un lado a una guardia nacional de ‘los puros’, compuesta por soldados, criados, vagabundos, y personas de los estratos más marginados de la sociedad.

Y por otro lado tenemos a ‘los polkos’: jóvenes de familias adineradas, artesanos y profesionistas que compraron sus propias armas, parque y demás bastimentos, dato random es que estos grupos se odiaban a muerte.

El ejecutivo impulsaba por aquél entonces políticas fuertemente anticlericales lo que le había hecho ganar el odio de las autoridades eclesiásticas y de bastantes sectores de la población ( y aún no aparecía don Beni en escena XD).

Como el genio táctico que era, D. Pedro decidió aprovecharse de los bandos enfrentados para frustrar los planes de sus enemigos que ahora tenían los papeles de su escritorio.

Fué a ver al hombre de fierro que estaba en el poder para prestarle algún dinero y poder armar a su guardia nacional y así incitarlo para mandar a Veracruz o disolver definitivamente a la guardia nacional ciudadana, también le advirtió de una conjuración que se estaba gestando contra él para que tomara cartas en el asunto (cosa cierta dicho sea de paso, todo indica que el alto personaje es Valentín Gómez Farías).

Previamente se había reunido con unos líderes de la iglesia que deseaban derrocar al régimen, concertaron sus métodos: facilitar fondos y recursos y de ellos lo previno (el viejo jugaba a dos frentes).

Con todo eso, la agitación política aumentó y los bandos enfrentados del gobierno con sus puros y la guardia nacional ciudadana partidarios de la iglesia estaban listos para iniciar una guerra civil.

Un día u otro debe producirse un conflicto en la capital entre la canalla que ha armado el gobierno y la guardia nacional […] Yo trato de calmar los ánimos y de conservar la disciplina y el orden, pero llegará el día en que ya no sea posible. Figúrense ustedes que trata nada menos que de hacer marchar á Veracruz los batallones, ó desarmarlos. No marcharán, porque todas esas gentes tienen familias y se han alistado para prestar solamente el servicio de la ciudad, y que la tropa de línea pueda marchar á donde convenga. Si intenta desarmarlos, no se dejarán y se defenderán á balazos.

Editor de un periódico capitalino

Se inauguran las veladas en la quinta (capítulos XLI a XLVII) [Spoilers]

Al día siguiente del robo de los papeles, se juntaron todos los amigos en la quinta para abrirlos, los empezaron a revisar, la mayoría de los cuales eran cartas subidas de tono (antes no había packs XD) y papeles sin importancia.

Consejo de familia

Luis advirtió que con la guerra ya en territorio nacional el gobierno que estaba quebrado no habría de hacer nada a favor de ellos y que ellos mismos tendrían que tomar acción para llevar a buen fin sus propósitos.

Sin más que añadir al tema discutieron un poco sobre su siguiente movida, Luis haría más gestiones y mientras tanto se disculpaba por que había comprado la quinta a nombre de Teresa y había contratado a carpinteros y albañiles para repararla.

Con el beneplácito de todos y las felicitaciones de Manuel y Teresa, el capitán cerraría el trato.

Aprovechando el buen humor, Josesito sugirió la instauración de unas veladas en la quinta, como joven de mundo Arturo habría de dirigir las remodelaciones y Josesito hacer las gestiones para el matrimonio de Manuel y Teresa que había sido repetidas veces frustrado.

Les quedó muy bonita, con lo último en moda europea, un jardín con muchos cactus y árboles del país y en cuya entrada había unos bancos hechos con piedras de templos y edificios aztecas (sospecho el INAH no existía XD, de hecho dato random, cuando los norteamericanos capturaron la capital algunos soldados usaron la piedra del sol como tiro al blanco (por eso no tiene nariz XD)).

Velada primera

A la primera de las veladas sugeridas por Josesito se presentaron todos los amigos, Luis mencionó que con la ayuda de jueces honestos y valientes había logrado revocar los poderes de D. Pedro sobre los bienes de Teresa, los asistentes celebraron el feliz desenlace de su ahora abogado de cabecera (lol), quedando pendiente de resolverse el robo al padre de Arturo, el desalojamiento de Celestina y el encarcelamiento de Aurora.

En medio de la fiesta, Josesito aprovechó para advertirles a sus amigos del inminente pronunciamiento que habría de derrocar al gobierno.

Todos creyeron que no era más que una de sus típicas exageraciones, y que no dirigía el movimiento como había dicho, sobre todo porque ni Manuel ni Valentin, miembros de alto rango del ejército, ni Arturo miembro de la guardia nacional ciudadana (los polkos) habían tenido noticia de nada.

Reunión social en una quinta del periodo, resumen de el fistol del diablo
Reunión social en una quinta del periodo

La reunión de los Martínes (lol)

Mientras tanto Martín, el criado de Manuel, le pidió permiso para ir a confesarse, el capitán enterado de lo poco religioso que se había mostrado su viejo subalterno se mostró interesado en saber los motivos de su repentina conversión.

Martín le dijo que tenía miedo, no a las balas, los machetes ni a la guerra. Le temía al diablo, y para él Rugiero era el mismo Lucifer, sabía que dentro de poco habría de entrar en combate, bien en la guerra civil, bien contra los norteamericanos o bien contra algún salteador, así que deseaba estar en paz con Dios y afrontar su muerte con la conciencia limpia.

Manuel accedió y al poco tiempo el viejo soldado estaba en la iglesia del doctor Martín (el hombre severo y anticuado que había ayudado a mantener a Aurora prisionera en el convento), que al principio no lo quiso confesar por que tenía cosas que hacer, Martín aceptó la negativa replicando que si su alma se perdía sería culpa del clérigo, lo que pareció ablandar un poco al severo capellán que entonces accedió.

En su confesión Martín admitió que había robado, asesinado, estado con mujeres y escuchado cosas que no debía.

El doctor le pidió explicar con detalle todo esto, Martín robaba comida para su capitán cuando estaban en campaña y el gobierno no les pagaba, había matado a un sinnúmero de personas en combate, ya fueran del bando enemigo o salteadores, gustaba de las mujeres como cualquier hombre y había escuchado a Rugiero hablar de que entre el Doctor y D. Pedro le habían robado a todos.

El doctor se dió cuenta de que había sido manipulado y se decidió a ayudar en cuanto pudiera a los amos del soldado Martín.

—¡Miserable naturaleza humana!— dijo recio el padre Martín.— Ha sido menester que este soldado rústico, encenagado en los vicios carnales, acostumbrado á la sangre y los horrores de la guerra, haya venido á quitarme la espesa venda que tenían mis ojos.

El doctor Martín

En otro lado de la ciudad estaban Josesito y Arturo conversando de las indecisiones de este entre sus dos enamoradas cuando vieron unos sacramentos notablemente fastuosos, con música, desfile militar y una gran procesión.

El fin de D. Pedro

Los jóvenes siguieron el cortejo que se detuvo en la casa de D. Pedro, allí se enteraron que estaba agonizando y que sus muchas relaciones habían organizado ese evento para ayudarlo a bien morir.

Entonces se les ocurrió que en la noche se colarían en su habitación para ver si esta vez podían obtener documentos más útiles a sus propósitos.
Llegó la noche y las criadas los dejaron pasar sin problemas pues desde que llevaron a Teresa a la casa se habían vuelto sus amigos.

Se acomodaron en la habitación secreta en la que la niña se había ocultado la vez anterior y esperaron a que todos durmieran para buscar los papeles.

Había dos padres que lo habían confesado, uno de ellos sospechaba que la conciencia de D. Pedro no estaba limpia y le pidió confesar lo que ocultaba, al negarse, el padre lo quizo obligar contándole de los tormentos del infierno pero una voz sobrenatural lo negaba todo, era Rugiero que escondido en el cortinaje de una ventana negaba todo lo que los hombres decían cuando se alejaban.

Animado por la seguridad de su consejero el tutor de Teresa se negó a confesar nada, convencido de que se repondría y disfrutaría de su dinero y los corazones de las bellas Teresa, Aurora y Celestina.

Al día siguiente el doctor Martín junto al médico de D. Pedro, estaba a la puerta del enfermo, se cruzaron con los padres que les impusieron brevemente sobre lo sucedido y decidió ir a verlo acaso podría salvar su alma.

El padre se encontró que el viejo seguía convencido de que se repondría, que los padres mentían y que no devolvería nada.

El padre Martín incluso le pidió recapacitar por su amistad, ya que su nombre estaba de por medio porque le había jurado a la madre de Aurora el cuidarla, pero se negó.

Entonces respondió lleno de ira y con voz de profeta: “—¡ Miserable gusano, pues que no quieres entrar en el reino de Dios por un puñado de oro que no te puedes llevar á la otra vida, yo te maldigo en nombre de Dios omnipotente, Señor del cielo y de la tierra! ¡Desañas su poder y desprecias su misericordia, pues muere, reprobo miserable, y húndete en lo más profundo de los infiernos!”

Todo esto lo estaban viendo los jóvenes ocultos, llenos de pavor y asombro.

Velada segunda

En la siguiente velada Arturo y Josesito relataron lo que vieron en casa de D. Pedro, todos estuvieron de acuerdo en que aunque anticuado e intratable, el padre Martín era la honradez en persona y que si el tutor vivía o no, no importaba, pues ya tenían lo más importante.

Teresa aprovechó para relatar una historia ambientada en España, un soldado buen mozo enamoró a la hija de unos pobres campesinos, recibió órdenes del ejército de ir a otro destino y la abandonó estando ella embarazada.

Valentín no pudo más y confesó que esa era su historia con Mariana y que Teresa por algo la había relatado.

Resulta que en efecto la había dejado con una niña y la lavandera tuvo que alejarse de ella para que tuviese un mejor porvenir, Valentín se la encargó a una elegante viuda dueña de una tienda llamada “El sol mexicano” (así es, la que se quemó, véase entrada 3).

El coronel aceptó que aún quería a Mariana, que se casaría con ella y que juntos buscarían a su hija.

Teresa ya había hablado de eso con la amable lavandera y dedujeron que Carmela, la hija adoptiva de Aurora era la niña extraviada. Todos estaban contentos y con el padre Anastasio presente decidieron casarse de inmediato, Teresa y Manuel fueron los padrinos.

—¡Qué diablos!— gritó Valentín,—¿ por qué no he de confesar delante de mis amigos que te quiero como el primer día que te vi? Ven acá, mujer, no tienes de qué avergonzarte has sido honrada y buena, y sobre todo una heroica madre, pronta á sacrificarse por su hija; ven acá, que tengo orgullo en abrazarte. Valentín abrazó estrechamente á Mariana, la que no pudo contenerse y quiso ahogarlo entre sus brazos.

Valentín y Mariana 😮

En eso llegó Bolao y después de reportar los resultados de sus diligencias confesó que amaba a Carmela y quería pedir su mano a Florinda y a Teresa, los amigos lo enteraron de las últimas noticias y pudo pedir formalmente la mano de la niña (rayos, estoy seguro de que no tenía ni 15 años :s).

El último dato importante de la velada es que la guerra civil estaba a nada de comenzar y que solo terminaría cuando los norteamericanos conquistaran la capital, cerca de San Luis iba a tener lugar la Batalla de Buena Vista entre Santa Anna y el general Taylor, de todo eso se infiere que corrian los primeros meses de 1847.

La rebelión de los polkos (capítulos XLVIII a L) [Spoilers]

La escena se mueve a un cuartel de la guardia nacional en la que se estaba deliberando si obedecerían la orden de vicepresidente Gómez Farías de dirigirse a Veracruz o entregar las armas, unos deseaban pronunciarse y otros que la guardia se disolviese, en esa discusión algunos incluso habían llegado a las injurias y poco faltaba para que llevaran la mano a las espadas.

En eso llegó Josesito con una carta del coronel al mando de la guardia, en la que se declaraba el inicio del pronunciamiento, el congreso autorizaba la revolución y el clero las sostenía con su influjo y su dinero, el partido moderado los dirigía.

La revolución había comenzado.

Lo que no sabía Josesito, ni el coronel, ni la guardia nacional, era que habían sido traicionados y engañados por los mayordomos de los conventos para lanzarse a la refriega y así desestabilizar al gobierno por que de esa manera dejarían de molestarlos (véase La rebelión de los Polkos).

grupo de soldados del siglo XIX, resumen de el fistol del diablo
Soldados nacionales del periodo (se puede ver a un lancero, infanterías regulares y un par de guerrilleros)

La defensa del convento de la Concepción

Arturo fué asignado a la defensa del convento de la Concepción como comandante de un regimiento de los pronunciados, ¿recuerdan que es el mismo convento en el que Aurora estaba recluida?.

Su trabajo era mantener al convento seguro, que ahora estaba convertido en fuerte (recordemos que el gobierno era anticlerical en aquél entonces).

Ejecutó su labor con sofisticación y eficiencia, trataba a las reclusas con tal elegancia y decoro que rápidamente se empezaron a tratar con una respetuosa familiaridad, eso le permitió habitar una de las celdas con muebles y cocina que una criada se prestó a servir, está de más decir que el comandante buscaba la menor oportunidad para encontrarse con la bella Aurora.

Se cruzaron una o dos veces pero como no podían hablarse mucho, sólo intercambiaban miradas “más ardientes que los cañonazos y tiros de fusil que se disparaban durante el día en esta singular guerra”.

Un día se lanzó a explorar el convento con pretexto del servicio, notificando a la superiora para evitar motivo de alarma.

Se la pasó explorando hasta que anocheció y Arturo estaba perdido en los patios exteriores, los mismos que Aurora habría de cruzar la noche en que se la iba a robar, el comandante agradeció el tener frustrados sus planes y ahora poder casarse con la casta Aurora con todas las de la ley.

Lo que no lo quitaba de estar en un aprieto pues no tenía forma de volver al convento, no sabía qué hacer. Estaba en esas cavilaciones cuando una gentil mano lo guió por el laberinto hasta llevarlo a una de las entradas laterales del edificio.

¡La casta Aurora!.

¡Ahora sí que triunfe el amoooor! (:3)

Ella lo había guiado pues desde la noche del ‘robo’ se había familiarizado con esa parte del fuerte, pidió disculpas por su atrevimiento, y tuteándolo (omg!!!) le pidió que la dejara ir, pero Arturo la tranquilizó, dando gracias a la revolución porque por su causa ahora estaban juntos.

Aurora insistió en irse para evitar el escándalo pero Arturo respondió que antes de que se marchara debía decirle cuánto la amaba, sobre todo considerando que al día siguiente podría morir en batalla.

Aurora lo interrumpió y le dijo: “—Quiero hacerme siempre la ilusión de que me amas, y en lo que no cabe duda es que tú estás aquí, aquí hace años, sin que nadie te pueda sacar.”, mientras decía esto llevó la mano de Arturo a su corazón (oie kha?).

Y se hicieron la promesa de que tan pronto terminase la revolución, Arturo la pondría en libertad, se casarían y vivirían felices por siempre, entonces, Aurora tomó en sus manos el rostro de Arturo y lo besó (asasdasdkasdjk¡¡¡¡¡).

—Tú que eres el jefe de este convento, y que lo defenderás como un paladín de los tiempos antiguos, tendrás bastante influjo para libertar á tu dama; pues bien, la pones en libertad y negocio concluido; es toda tuya con alma y vida. Te casas con ella, la llevas á tu casa, á la quinta de esa querida Teresa á quien amo tanto después de tí, á Francia, á España, donde quieras… tu princesa te seguirá, pobre ó rico, por todo el orbe. En compensación, sólo exige que la quieras á ella solamente, á tu princesa, á ella solamente. Tú sabes mejor que yo lo que tienes que hacer. Toma, toma, es el sello de nuestro amor, la alma de tu Aurora que pasa á la tuya.

Aurora la enamorada (ayñ)

Nuevos encuentros inesperados

A la mañana siguiente Arturo estaba obnubilado por lo sucedido en la noche y se palpaba para comprobar que no lo había soñado, en eso llegó Josesito ofreciéndose para la batalla, había tenido una fuerte discusión con el coronel y ahora lo quería fusilar, en eso llegaron unos soldados confirmando la historia y pidiendo llevarse a su amigo, Arturo les dijo que él lo tendría bajo arresto y que en caso de portarse mal, él mismo lo fusilaría.

Ya más tranquilos un hombre con una gran mancha negra en la cara le pidió permiso de poner una cantina, lo cierto es que en esa guerra civil había algunos balazos, algún tiro de cañón y muchas injurias, pero por lo demás los mercados, comerciantes y las población en general llevaban una vida más o menos normal, eran como una gran familia que había convertido la guerra en una fiesta.

En la cantina del hombre con la mancha en la cara, Arturo lo llamó para verlo mejor y grande fué su sorpresa al reconocerlo como el tendero filósofo de Jaumabe, y este le contó sus peripecias, omitiendo convenientemente el episodio con Celeste.

El ambiente era festivo pero tuvieron que recomponerse rápidamente cuando un contingente se acercaba.

El capitán del contingente le entregó el batallón a Arturo y le advirtió que en pocas horas serían atacados por las tropas del gobierno y que tenían la orden de luchar hasta el último hombre, si el enemigo habría de triunfar, lo haría sobre ruinas y cadáveres.

Relatos de tiempos pasados

Tan pronto se marchó el capitán y su guardia, la algarabía volvió y los hombres, incluidos los refuerzos, empezaron a comer y chanzar.

A Josesito se le ocurrió pedir relatos de arrojo y amor a los presentes. Él como siempre, contó de la vez en que cincuenta bandidos le intentaron robar a Celestina y que él solo los habría puesto en fuga de no haber fallado sus pistolas y haber sido atacado a traición.

Un músico llamado ‘Miguelito’ contó de la vez en que con unos amigos asaltó un carruaje con las niñas a las que por aquél entonces daba clases y que les hizo cosas malas, seguido de risas generalizadas, salvo de los que conocían a las ofendidas (véanse las novelas de Rugiero sobre Elena y Margarita).

Cuando Miguelito fué a fumar en la parte posterior un hombre curtido y de andar resuelto lo golpeó de tal modo que quedó inconsciente y no se volvió a levantar.

Afrentas de honor

Mientras tanto, los soldados le pidieron a un viejo de cierto porte que relatara algo de su juventud, este les habló de una bella dama que era como la Aurora de la mañana, que la visitaba de noche en su balcón y que la última vez que se vieron, disfrutó del amor y la delicadeza de la sin par señorita (despreciable gusano¡¡¡¡).

Arturo que cuando empezó a escuchar el relato se puso visiblemente ansioso ahora estaba lívido de ira, se acercó al hombre y con el dorso de la mano le pegó una bofetada que lo dejó en el suelo y escupiendo sangre (bien ahí¡¡¡).

El hombre que atacó a Miguelito, junto a Josesito y otros caballeros aplaudieron la resolución del comandante.

Arturo se miró la mano ensangrentada y ante los reclamos de otros hombres aceptó que había hecho mal, lo que hacía falta era un duelo, un duelo a muerte.

Estaba a punto de verificarse ahí mismo cuando llegó el coronel con su regimiento, le confirmó su permiso para usar a Josesito, que defendiera el fuerte de las tropas que llegarían en breve y que dispusiera de sus hombres.

Arturo aceptó gustoso, en esos momentos no veía más que sangre y en su desesperación pensaba que lo mejor que podía acaecerle era recibir una bala en la cabeza o el corazón.

—Como usted mande, mi general,— respondió Arturo disimulando cuanto pudo el estado de trastorno de su espíritu,— y si usted gusta, me pondré á la cabeza de la fuerza y seré el primero en asaltar…

Arturo el del corazón roto

De revoluciones y balazos [Comentario]

Si bien ya se habían mencionado algunos eventos históricos en capítulos anteriores, es la primera vez que podemos identificar con certeza a los sucesos y personajes que rodean a la narración.

No solo eso, también tenemos noticia de algunos los lugares exactos en donde estos sucedieron, vale la pena aclarar que desde el capítulo uno se hacía mención de el teatro nacional (no lo encontré en google XD), de Chapultepec, de la calle de plateros (hoy la calle Francisco I. Madero) y muchas otras locaciones que los capitalinos deben conocer de primera mano incluso al día de hoy.

Está realmente interesante el hecho de que vemos cómo se gesta (según el autor) uno de los capítulos menos conocidos del periodo: ‘La rebelión de los Polkos’, pese a que, se les tiene por traidores, Manuel Payno logra explicar un poco de sus motivaciones y trabajos.

Dato random es que probablemente él mismo fuera uno de los acomodados jóvenes que componían a la guardia nacional, o al menos amigo muy cercano de muchos de ellos.

El romance también se puso intenso, el beso de Aurora y los insultos de D. Francisco llevaron a nuevos niveles la ‘curva de los clímax narrativos’, ese episodio en particular muestra mucho de las costumbres de la época (haha), es decir, si una morra (así les decimos muy coloquialmente a las señoritas) te rompe el corazón no te queda de otra que aguantarte y buscar por otro lado, en aquél entonces te tenías que batir en duelo con el enemigo y luego hacerte matar en una guerra random (idea que tiene cierto atractivo, no lo voy a negar).

Bueno, pues nada, está muy bien que ya no tengamos que agarrarnos a balazos y que las mujeres puedan expresar sus afectos sin ser consideradas ‘de la calle’. La próxima entrada será publicada el 16 de mayo.

meme de aurora comentario de el fistol del diablo
XD