Los crímenes de los objetos cotidianos – Reseña

En esta ocasión tenemos un libro especial para reseñar, por motivos modestos, pero también válidos creo yo, ¿te ha pasado que el universo te avienta un libro a la cara en plan ‘¡léelo!’?, no sé si alegrarme o lamentarme porque me pasa muy seguido, mi backlog de libros por leer crece cada día y no puedo ni reducirlo en uno o dos volúmenes al mes. Aún así y a pesar del ‘modo pesadilla’ que ha agarrado mi agenda los últimos meses, me alegra que por fin pude terminar uno de los libros más recientes de dicha lista, uno que me llegó por pura casualidad y que en esta ocasión voy a reseñar, el título: ‘Los crímenes de los objetos cotidianos’, escrito por Claudio Imirizaldu.

Portada del libro, una imagen estilizada/surrealista de una mujer y un hombre

Semblanza del autor

Claudio es un editor, escritor y en sus palabras sobre todo un lector, originario de Quilmes, Argentina, lleva muchos años en México, sobre todo en las inmediaciones del Valle de Toluca y Valle de México, ¿por qué ese dato es relevante? pues que mi base de operaciones coincide con este espacio geográfico, en otras palabras, su producción literaria (en cualquiera de los aspectos mencionados) ‘resuena’ (he aquí un anglicismo que no me termina de gustar) particularmente conmigo, porque entiendo mucho mejor la geografía, la cultura y muchos artefactos sociales que al final alimentan dicha producción.

Su labor es variada y manifiesta en multitud de obras, las referencias que más he hallado están relacionadas con la editorial independiente ‘Edición de Autor’ de la que es cofundador, cuenta también con una gran lista de participaciones en foros y conferencias del mismo mundo editorial.

Semblanza del libro

Todo esto converge en el volumen que va a tratar la entrada. ‘Los crímenes de los objetos cotidianos’ es un compilado de relatos breves, que son fuertemente inspirados por la tradición latinoamericana del relato fantástico, se define en la contraportada:

«Claudio Imirizaldu nos propone a través de estos diez relatos un mundo caótico donde ambas, ficción y realidad, se alían para desequilibrar la tranquila vida de los personajes que deambulan por estas historias.

Así seremos testigos de hechos cotidianos como: tomar un camión, caminar por la calle y ver un perro, dar de comer a las mascotas o adoptar un gatito, mirar la luna llena, tener en nuestra casa electrodomésticos y jugar ajedrez, pueden cambiar nuestra vida para siempre.»

Y básicamente de eso se trata todo, a continuación un breve resumen de cada relato.

Fotografía de Claudio Imirizaldu como aparece en la contraportada de su libro 'Los crímenes de los objetos cotidianos'

Resúmenes

Alebrijes

Gregorio, jugador profesional de ajedrez, recibió la encomienda de su madre y hermana de cuidar a las mascotas de la casa en su ausencia. No obstante, él estaba absorto en su preparación para el campeonato que se avecinaba.

En su habitación un ajedrez de alebrijes representaba la partida que estaba estudiando. Con peones con cabeza de gato, alfiles con alas de guacamayo y torres con rostro de perro, etcétera.

Sus alarmas le recordaron su tarea, tenía que alimentar a todos los seres vivos de la casa, él incluido.

Estaba tan concentrado en la partida que al pez, al gato, al perro y al perico les terminó dando el alimento equivocado, a él le tocó la comida del gato.

Después de la dura jornada de estudio y estrategia cayó desmayado entre dos peones-alebrije, algún tiempo después despertó con una sed acuciante que lo hizo ir en cuatro patas a buscar agua, tan desesperado estaba que la bebió del plato que usaba normalmente el gato.

Cuando su familia llegó, su madre más con ternura que con temor acarició el cuerpo de un hombre con cabeza de gato y cola de pez que maullaba entre ellas.

Layla

Un hombre se instalaba en su nuevo departamento, al salir de la terraza se percató de aullido del perro del vecino. Hizo memoria de sus cientos de años para recordarla, ella agregó un gruñido feroz.

Al día siguiente, al salir de su edificio estaba allí, le gruñó con la misma hostilidad tan pronto lo vio, su ‘dueño’ se disculpó a lo que el hombre le pidió que no se preocupara, después emitió un gruñido en respuesta, inaudible para cualquier humano, ahora sabía quien era, el hombre que ella aceptaba como dueño la llamó Layla.

Por la tarde se asomó a la terraza, la vió desaparecer, y el recuerdo de quien realmente era lo embargó por completo. Una vez terminada su transformación en una bestia, el hombre-bestia fue de cacería, capturó a un vagabundo que le llevó como ofrenda a Layla, ella lo aceptó para luego iniciar un ritual amatorio que duró quizá para siempre.

Aquella melodía

El célebre compositor Vladimir Uldazirimi llevaba varios días sin comer ni dormir adecuadamente en su intento por crear su obra maestra.

Una melodía que llevaba muchos años en su cabeza pero que a diferencia de sus otras composiciones se rehusaba a ser plasmada en la pauta, para así poder ser compartida con el mundo.

Esa media noche, derrotado, fatigado y hambriento se dirigió a una taberna cercana para saciar sus apetitos. Pidió un plato de guiso, pan y una botella de vino. Tan pronto terminó y sin apenas respirar pidió otra. Satisfecho del todo pasó a observar a los parroquianos que permanecía en la taberna, un tahúr, algunos bandoleros, varias damas de moral ligera y uno que otro artista trasnochado en busca de inspiración igual que él.

Cuando se decidió a hablar con una de las susodichas damas, una voz femenina le susurró: «No busques una mujer aquí, seré yo quien hoy te haga compañía». Cuando volteó con sobresalto solo pudo ver al dependiente. Pagó la cuenta y regresó a su casa, de inmediato se puso al piano y después de los ejercicios de calentamiento descargó su energía sobre las teclas que respondieron con un mágico sonido mientras las manos que tocaban se desprendían del cuerpo del compositor que cayó sobre la alfombra.

Por fin podía escuchar al piano la música que había guardado por tantos años, una hermosa mujer bailaba sobre el instrumento que era guiado por las manos que por sí solas ejecutaban con admirable destreza.

Vladimir reía, lloraba, cantaba y gritaba al observar sus muñecas sangrantes separadas de las hábiles manos que seguían danzando sobre el teclado.

Objetos cotidianos

«De la vigilia al sueño el paso es lento. Del sueño a la pesadilla solo un salto…» – Gabriela Ballesteros

Juan miraba un partido de futbol en la televisión, tenía su cerveza pegada al pecho. Luego de celebrar un gol, al intentar sentarse el sillón cedió ante su peso y por poco se estrelló sobre la botella rota de cerveza que había arrojado para evitar su caída.

Terminó de ver el partido de pié, juzgó al sillón como inservible y se fue a dormir.

Despertó ‘cuando tuvo ganas’ y fue al baño luego de tomar una toalla, cuando terminó de hacer sus necesidades el inodoro, por algún motivo y justificación física no lo dejaba levantarse, succionándolo cual máquina moledora de carne.

Sin prestar demasiada atención a todos estos eventos, se terminó de duchar, preparó café y luego inspeccionó el sillón que se veía totalmente normal.

Después del desayuno salió a cortar el césped, llevaba unos pocos minutos de faena cuando al limpiar una parte del jardín sintió la feroz mordida de las dijeras de podar, con esfuerzo logró liberarse y solo entonces asomó el pensamiento de que todos estos eventos escapaban a la casualidad.

Con mucha precaución entró a la casa en busca del botiquín, todos los objetos del hogar estaban en su lugar, ahora los miraba con grave desconfianza.

La llave del lavatorio lo intentó decapitar, el cojín de su sillón lo intentó asfixiar. Su lámpara de noche logró golpearlo en la sien.

Juan logró escapar a duras penas, pero así de herido física y psicológicamente no podría defenderse por mucho tiempo de los objetos que por su parte lo miraban arrastrarse lentamente.

Por fin la licuadora lo atacó en la cabeza, un cordón de algún electrodoméstico le sujetaba las manos y el asalto seguía, llegó a imaginar que escuchaba a alguien llegar a salvarlo, tal vez incluso él mismo.

Luego de muchos días, los vecinos de Juan llamaron a la policía, lo encontraron muerto, rodeado de sangre con una herida en la pierna y un sacacorchos clavado en la sien.

Lágrimas de tinta

Un editor por la noche encontró que tres volúmenes de su biblioteca emanaban una extraña humedad: «Cuentos de amor de locura y de muerte», «Rayuela» y «Aura». Preocupado, los abrió de inmediato, para alivio suyo no encontró agua alguna sobre las páginas. Aunque después de un análisis más profundo notó que en algunos caracteres había algo parecido a lágrimas.

El hombre continuó con sus planes para el resto de la noche, paseó a los perros, se sirvió un vaso de whisky, y encendió un puro para acompañar la lectura de un difícil manuscrito que tenía que editar.

Apenas había dado un trago a su bebida cuando un terrible dolor en la boca del estómago lo redujo al piso y poco a poco lo dejó inconsciente.

Despertó en un pasillo desierto, escuchaba voces con cierta lejanía y notó que su cuerpo era más bien etéreo, escuchó decir que para él ya no había esperanza, el aullido de sus mascotas, decidió moverse al final del pasillo, allí en una iluminada habitación lo esperaban toda clase de manjares, libros y algunas personas.

Cuando llegó hasta ellos y los pudo distinguir bien, no lo pudo creer.

– «Vení vení… acá estamos, te esperábamos hoy, contános»

– «¡Ustedes, pero están…!»

– «Ahora vos también»

Los autores de los volúmenes que habían llorando lo esperaban y le daban la bienvenida. Cuando el editor lo comprendió todo, sonrió y dijo:

– «Salud pues»

Gato y tía Herminia

Una familia se esforzaba por darle la bienvenida a un gato en miniatura. Tenía cerca de un mes de vida y no medía más de tres centímetros. Después de muchos trabajos lograron colocarlo en su nuevo hogar sin lastimarlo en el proceso.

El gato, pequeño como era gustaba de jugar con sutil violencia con los miembros de la familia. Conforme pasaba el tiempo Gato crecía más y más, su tamaño llegó a ser tan grande que alguna denuncia anónima llevó a las autoridades a revisarlo confundiéndole con una pantera o alguna especia en peligro. Pero no, era un gato normal en todo sentido, excepto en sus dimensiones y sus maullidos alienígenas.

La familia decidió no aceptar visitas para que no se asustasen al ver a Gato con variados pretextos aunque siempre con éxito.

Hasta que un día llegó la tía Herminia del campo, por el cariño que la familia le tenía le permitieron entrar, después de darle una cálida bienvenida la prepararon para presentarle a Gato. Por último le sugirieron ir al baño por detrás del sillón para así evitar pasar cerca del felino.

A la mañana siguiente todo se veía tan normal como siempre, con la excepción de ver a gato acostado boca arriba con los bigotes coloreados de rojo por lo que parecía ser la tía Herminia.

«Hola tío, tanto tiempo ¿cómo están por allá?, ¿la tía?, no, acá nunca llegó».

Ellas

Un hombre relata su encuentro con una mujer «bella pero peligrosa». Una noche en que la encontró se armo de valor para preguntarle si la podía acompañar, de algún modo él entendió un sutil sí.

Después de varios meses de juegos y conquista, ella lo invitó a pasar la noche. Pasaron muchos años, en los que intercalaban periodos de romance con periodos de abandono, hasta que llegaron a su última separación.

El hombre le pidió a la mujer que lo acompañara al tren subterráneo, se despidieron en la estación de Avenida de Mayo.

Al subir al vagón el hombre cerró los ojos para ocultar si acaso una lágrima asomaba por sus pupilas. De repente se vio rodeado de una multitud que abordaba el mismo vagón, pero de algún modo distinta y desconocida. Bajó en la estación Zócalo.

Una mujer lo esperaba al salir de la estación, soberbia y altiva.

«Vete con cuidado che, soy bella pero peligrosa, igual que ella me veo seducible y encantadora, los que caminan sin saber a dónde van o dónde están son quienes no pudieron conmigo. Amo violenta y salvajemente con pasión y placer, pero pido con igual placer y pasión, que se entreguen y den cuando quiero. Y quizás… No lo sé… Hoy quiera…»

Xolo

Viernes 19 de septiembre de 2017, el relato comienza con un retrato de la calle Madero en la Ciudad de México. Una familia de artistas lleva acabo su espectáculo. Alcides el mago, su esposa Xóchitl, Lluvia su hija y la estrella del espectáculo, Rufo el perro.

La escena es común en este horario en el centro de la ciudad, cerca de la una de la tarde.

De repente la multitud se detiene, y el mundo empieza a convulsionar. Rufo se da cuenta por la expresión de terror de Lluvia, ella llorando intenta asirse a una jardinera para evitar ser tragada por la ciudad, su madre intenta en vano ir a ayudarla, de pronto el fiel perro la arrebata de las fauces de la tierra, pero cae en su seno en el proceso, inexorable allí le da la bienvenida el último guerrero azteca. Juntos empiezan su viaje al mictlán.

Luna

Sebastián, egresado de la facultad de antropología, enamorado de la Luna y aspirante a escritor tenía todo preparado para su viaje a Mérida desde donde se vería mejor a Ixchel durante el solsticio de invierno, la luna y diosa del amor para los Mayas.

Tan pronto llegó, se instaló, estaba a tiempo, el evento astronómico sería el 21 de diciembre, discurrió por horas en el mercado buscando los ingredientes del potaje que planeaba usar para atraer a su amada.

Después de tener todo preparado, ofreció su regalo a la deidad y fue a dormir, pasaron las noches y la esquiva luna asomaba solo parte de su rostro cada vez menos hasta desaparecer, entonces, una noche, se presentó en todo su esplendor, y miró a Sebastián, bajó donde el y se amaron hasta quedar exhaustos.

A la mañana siguiente, antes de que el sol asomara su rostro ella se lo llevó a recorrer, manso y tranquilo, su eterno firmamento.

Indique su chofer al destino

«El tiempo siempre es el mejor autor, siempre encuentra el final perfecto»

Carlos Ernesto se preparó para el trabajo como siempre lo hacía, preparó un mate, sus cigarrillos, se duchó y luego de ponerse el traje de siempre, gris como su vida, se dirigió al bondi, iba tarde y cavilaba sobre el regaño de su jefe, las burlas de sus compañeros y la pérdida de guita, cuando subió la máquina boletera le dio la bienvenida con un críptico mensaje:»indique su chofer al destino”.

Sin saber cómo reaccionar a tan ambiguo mensaje simplemente pagó y aturdido como estaba solo después de eso notó a la única pasajera del transporte. Ernesto se sentó hasta el fondo y se puso a pensar en lo gracioso de la idea de elegir al chofer y no al destino. Entonces la mujer de ojos verdes como espejos de agua y un cabello negro y ensortijado, y labios rojos sobre una piel trigueña se sentó a su lado.

Ernesto hizo una observación sobre los lunes que le preció lo más idiota que podía decir, pero la mujer con un comentario agradable desvió la conversación para revelar su identidad: «una fantasía». Bajaron del bondi y Ernesto ignoró la hora, el trabajo y su vida, fueron a un viejo muelle de pesca al borde del río, tomados de la mano, allí se besaran y amaron, llegó la noche y ella se internó en el agua hasta cubrirla completamente para emerger como una sirena, lo llamó, Ernesto se levanto, volteó a mirar atrás.

Se dio cuenta de que no había nada porque quedarse, y volteándose para encontrarla tuvo pánico de que todo hubiera sido un sueño, que ella no existiera y que la mediocridad de la rutina en que vivía lo ahogara para siempre. Pero cuando miró hacia el río la vio en la superficie ofreciéndole su mano y esperando que el la tomara para dejarse llevar hacia la inmensidad del sueño recobrado.

Comentario

Sobre el relato breve latinoamericano

Desde los albores de la identidad cultural latinoamericana, y su adopción del relato breve moderno siempre han existido dos grandes focos de producción literaria, Argentina y Uruguay en el sur, y México en el norte, dato bien sabido que el maestro Seymour Menton en ‘El cuento hispanoamericano’ trazó un panorama general del género en este pedacito de planeta que tantos problemas tiene pero que también tiene mucho por decir.

En términos sintetizadores, los autores han sido con frecuencia influidos por otros de muy diversa extracción como Horacio Quiroga con Egar Allan Poe o Rubén Darío con los parnasianos franceses, incluso en el famoso Boom, la influencia del avant-garde europeo se hace notar.

De nuevo, en latinoamerica, somos particularmente afectos a tomar influencias y coalescerlas con lo que tenemos a mano, incluida desde luego la nativa, el terreno (geográfico y social) y lo que el siempre presente vecino del norte nos arroje.

Esto, en mi opinión le da un gusto ‘acrisolado’ a la literatura que se produce en este rumbo, en lo personal creo que es una expresión cultural que vale la pena reconocer y compartir tanto como sea posible, en pocas palabras, también por aquí se hace cultura.

Puedes leer algunas entradas del blog relacionadas con esto (ejem) como: El cuento como género literario, El cuento hispanoamericano (o cómo leer cuentos), y también Historia de la literatura hispanoamericana para tener un poco más de contexto, ¡vivan los anuncios desvergonzados!

Portada de 'El cuento hispanoamericano' de Seymour Menton, unas muñecas de trapo artesanales sobre un fondo naranja.

Sobre el relato fantástico

De una vez suelto el enlace desvergozado de la sección, en la entrada El fistol del diablo – Diario de lectura (Parte 3), sobre todo en la sección ‘De la narrativa fantástica’ se discutió brevemente este ‘género’ narrativo y sus características principales.

Vale la pena aclarar que esto de definir géneros en cualquier disciplina nunca va a ser exacto, porque la mayoría de obras tiene cosas de uno y otro de manera simultánea, así que solo voy a enumerar algunos de los parámetros que se suelen considerar fiables, para decidir cuando un relato es fantástico, sobre todo en función de lo que definió Tzvetan Todorov en su análisis del asunto (todos dicen que le sabe so…)

Una de las características uniformes en todo relato fantástico es ‘el rompimiento’ de la realidad, esto es, que acaece un hecho ajeno a la realidad objetiva a la que tenemos acceso, este rompimiento puede ser espectacular o sutil, efímero o durar eones, su naturaleza puede ser muy variada, pero en todos los casos debe ser ajeno a toda realidad demostrable en el universo de la obra, puede ser un suceso, un objeto, un personaje.

Otro aspecto importante en los relatos fantásticos es cómo es abordado por los personajes de la historia, ¿aceptan el rompimiento de la realidad como si fuera un evento cualquiera?, ¿logran darle una explicación racional al suceso?, ¿existe vacilación por saber si el hecho es o no sobrenatural?

Justo esta última pregunta define si el relato es considerado fantástico en la ‘escala de Todorov’, si hay ambigüedad en el hecho de que el rompimiento es en efecto algo sobrenatural o bien es explicable de forma lógica, se puede decir que el relato es fantástico. El ‘efecto’ como decía Poe, es posiblemente la principal característica de un relato, en el caso de un relato fantástico este efecto casi siempre emana de la ambigüedad del hecho insólito, el lector sigue planteándose la realidad aún después de terminar la lectura.

Y ya que mencioné la escala de Todorov, aquí están los otros ‘niveles’ que puede tomar un relato en función del grado de vacilación del efecto del relato.

Los relatos extraños se producen cuando la ruptura de la realidad se puede explicar racionalmente, e.g. ‘El castillo de los Cárpatos’, no ‘elaboro’ para no caer en el spoiler ja.

Los relatos maravillosos se definen cuando lo sobrenatural se acepta como algo natural, e.g. ‘100 años de soledad’ entraría porque nadie pone en duda los sucesos sobrenaturales como la despedida de Remedios, o el asunto de las hormigas.

El relato fantástico lo es cuando hay ambigüedad entre lo real y lo sobrenatural, e.g. ‘Los ganadores del mañana’ (lo acabo de leer y es un gran relato, recomendado jajaja), tampoco explico mucho por los spoilers.

Otros ejemplos de relatos fantásticos (según Google) son ‘El Horla’ de Guy de Maupassant y ‘Aura’ de Carlos Fuentes, yo disiento un poco con ‘Aura’ porque me parece que se acerca más a lo Maravilloso, pero de nuevo, estas cosas son bastante difusas

fotografía de Edgar Allan Poe

Sobre la literatura local

Los relatos del libro me parecieron agradables, aparte de porque siempre soy muy benévolo, porque encuentro muchas cosas que los otros maestros latinoamericanos han dejado para que descubramos, easter eggs literarios si se quiere, no solo eso, el contexto de cada historia puede encontrarse en cualquier lugar de latinoamerica, y cuando se define claramente en dónde tienen lugar las historias, prácticamente todos podemos pensar en alguna experiencia parecida en algún lugar similar o incluso que conocemos de primera mano.

La obra de Claudio se enmarca en un momento difícil para la cultura local, por factores externos y también internos como siempre, la verdad me sorprende de buena manera que todavía exista, después de todo en el siglo XIX por poco y el país es absorbido por los vecinos del norte, y si bien sobrevivimos, este mismo vecino es posiblemente el mayor exportador cultural de la historia (esperen un micro ensayo de todo esto escrito por alguien que no sabe del tema en próximas entradas jojojo).

Sin descontar la hegemonía económica y diplomática de los mismos manes, no se necesita ser un politólogo consumado para darse cuenta de que el futuro del país está fuertemente ligado a lo que suceda al otro lado del Río Bravo, pero no solo eso, aunque la tendencia al aislacionismo económico parece estar tomando fuerza en el escenario mundial, seguimos viviendo en un mundo hiper-globalizado, es muy fácil consumir cultura de lugares muy remotos, en una magnitud que hace 100 años habría sonado imposible de concebir.

Lo que me devuelve al ahora, a pesar de tener todo en contra en múltiples sentidos, seguimos hablando español, cantando rancheras y leyendo a Juan Rulfo, o eso espero jaja, si bien no deseo hacer un llamado a la discriminación cultural de naciones externas, sí me gustaría animarte mi amable lector a que tampoco discrimines lo que se hace en donde vives, como le decía a mi lectora favorita, ‘también de este lado le sabemos al romance <3’ (Intentaba convencerla de leer un libro de extracción 100% nacional que no le pide nada a los Kdramas que les encantan a la chaviza moderna).

Fotografía de Juan Rulfo encendiendo un cigarro

Una anécdota muy random

Y esta sección es solo para una breve anécdota que puedes ignorar completamente, si ese es el caso y llegaste hasta acá, gracias por leer las cosillas que a veces escribo <3.

Anywayyyy (vieron esoooo? jaja, el que apela a la defensa cultural pero que al mismo tiempo usa anglicismos, yup, la hipotenusaaa, pero al menos yo lo acepto, ¿no?, ¿no? XD).

Resulta que la forma en que me encontré con este libro me pareció curiosa, iba camino a hacer algunas diligencias al ‘Centro’ como le decimos los locales al casco antiguo de Toluca, donde están los portales, los edificios gubernamentales y religiosos, dato globito, la planeación urbana novohispana demandaba que los centros de gobierno, religiosos y económicos estuvieran cerca el uno del otro, ya sabes, que uno de los principales motores de la expansión hispana en México se debía al fervor religioso, testimonio de eso es que en toda ciudad de importancia tiene la catedral cerca del palacio de gobierno y de los portales (o sus análogos), más interesante aún que cuando se construyó Cancún en los años 1970’s este esquema tradicional se ingoró, lo que causó malestares en algunos sectores.

Bueno, volviendo al relato, iba caminando cuando tropecé con una librería del FCE, no es que fuera la primera vez que la veía, de hecho, todo lo contrario, solo que nunca había surgido la necesidad de comprar algo allí, pues que en esta ocasión tenía un poco de tiempo y siempre quiero comprar libros así que no le ví problema, el dependiente me vio entrar algo dubitativo y con gran amabilidad me invitó a entrar, después de vagar un poco y no encontrar ninguna obra de las que tenía en mente (quería una copia de Historias de cronopios y de famas, me había reencontrado con ‘Instrucciones para llorar‘ y quería leer los otros relatos) me disponía a salir cuando me preguntó si buscaba algo en especial.

Al decirle lo que pensaba, de inmediato me dijo que no lo tenían pero sí había obras del género fantástico, y me presentó varios libros, notó que me llamó la atención uno que acotó era de un autor local (de Metepec me parece?) y por fin me mostró ‘Los crímenes de los objetos cotidianos’, «este lo escribí yo» me dijo sin darse importancia.

Conversamos unos minutos, le comenté de mi sueño guajiro de ser un autor y el consejo que me dió fue: «Esto es trabajar, puro trabajo, no dejes de trabajar en eso», suena sencillo pero me pareció sumamente apropiado, pocas cosas requieren tanta fuerza de voluntad como crear, imaginar y construir, en este momento que pinta como de los peores para la cultura literaria nacional, sobre todo para los autores emergentes, estas consideraciones me hicieron adquirir el libro y de paso hacer lo poquito que está en mis manos para darlo a conocer a más gente.

En resumen y conclusión, no está mal leer cosas de otros lados, pero mucho menos lo es leer cosas locales, en cualquier caso basta que googlees ‘EDICIONES DE AUTOR editorial’ para entrar en el rabbit hole que es la edición literaria nacional y lo que tiene para ofrecer, hagamos cultura, salvemos al mundo, y no dejes de trabajar en eso que te gustaría lograr (con obvias acotaciones, pilaaaas).

Y Aquí una fotito con el autor, jaja

Fuentes

Obra reseñada

  • Imirizaldu, C. (2022). Los crímenes de los objetos cotidianos. Edición de Autor.

Sobre cosas por leer y breves noticias

Poco más de un año sin entrada, no sé qué da más miedo, que el año se fue volando o que no hice nada en todo ese tiempo aparte de sobrevivir, a la gente le encanta hablar de sí misma pero eso no es necesariamente para lo que está este blog así que la sección de noticias va a estar al final de la entrada.

¿Por que no mejor nos concentramos en el contenido?. El tema que nos ocupa esta ocasión es: ¿qué cosas leer?

Y la verdad así como está de ambigua no tengo mucha oportunidad de responder esa pregunta satisfactoriamente, la respuesta breve en mi opinión es ‘lo que quieras’, ¡listo vamonos! gogogo. ¿Qué? ¿me vi muy flojo?, oh okay, permítame amable lector explicar mi opinión.

El terror de los que leemos

En algún punto de su vida, toda persona se termina por dar cuenta de varias cosas, que no siempre vamos estar acompañados, que la gente es buena, pero a veces no, y sobre todo (y lo que nos ocupa) que en algún momento todos nos vamos a morir.

Aunque mi intención no es reflexionar en la mortalidad humana y sus efectos en la psicología y el ánimo, ni causarte un ataque de pánico o una crisis de identidad, aunque también es un tema interesante, mi teoría es que de ese asunto surgen la mayoría de creencias religiosas, bien para paliar ese temor, o para obtener un poco de consuelo en el duelo por la pérdida de un ser querido, otro tema interesante, pero que no nos ocupa en esta ocasión.

Acompañando a la certeza de la muerte, está la certeza de que nunca vamos a terminar de leer todo lo que queremos, ni siquiera consideremos por asomo el leer todo lo que hay, de un tema, o un autor. Ese es el terror que todos afrontamos, hay tantas cosas por leer, pero el tiempo que tenemos es limitado, mínimo, si se ve con perspectiva.

Entonces, forzosamente debemos elegir, ¿a qué le vamos a dedicar nuestro valioso tiempo?, en realidad no hay respuesta correcta o incorrecta. Puedes elegir leer novelas y series modernas, historietas, manga, la envoltura de las galletas del desayuno (¿quien desayuna galletas?), dedicar tu vida a los clásicos grecolatinos, a lo que hacen en Estados Unidos, a lo que se hace en Latinoamérica, y ninguna de esas opciones es más o menos válida que la otra, si de todos modos nos vamos a morir, ¿por qué hacer de la lectura, uno de los grandes placeres de la vida, una labor obligatoria, cansina y febril?, si de todos modos nos vamos a perder la gran mayoría de cosas que se han escrito, ¿por que no disfrutar de leer lo que nos gusta?.

Ahora bien, esto no implica que en términos literarios o del propio ‘enriquecimiento interior’ todo lo que se ha escrito es equivalente, pocas cosas son tan descorazonadoras como leer algo que termina siendo una decepción (en mi caso solo hay una obra que entra en esa categoría, no es que sea mala pero no era para mí), incluso intentando lo imposible, esto es, valorar una obra por encima de otra, hay un consenso general de que hay libros que sería una pena perderse, en ese caso yo diría que un buen plan es leer cosas que te gustan, intercaladas con cosas que la mayoría acordamos en recomendar, a este respecto hay listas y tops que seguro pueden servir de guía, todos muy buenos, muy bonitos, muy parecidos.

Por supuesto que voy a poner una mía jajajaja.

meme, 'spoiler: al final todos ustedes se mueren'

Mi top de libros por leer antes de morir

De entrada solo quiero apuntar que este top tiene la palabra ‘Mi’ porque es mi apreciación personal con sus limitaciones y lo que conoce, en otras palabras, no estoy copiando una lista de los miles de sitios que han tratado ese tema, he leído cada obra en la lista y por eso probablemente le falten muchos libros obligatorios si le preguntas a otra persona, de todos modos puede que te sirvan de guía para encontrar algo que te guste (y que en mi modesta opinión sería una pena perderse), las obras no están en orden de importancia ni nada por el estilo, también tendré que limitar la longitud, ¡tal vez exista una parte 2 en el futuro!.

  1. Cuentos extraordinarios/Nuevas narraciones extraordinarias
: Un clásico en toda la regla, creo que no lo he visto mucho en este tipo de tops, es un volumen de relatos breves de Edgar Allan Poe. La mayoría de escritores del género en Latinoamérica Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones, Borges, Cortázar, y han tomado al maestro de Boston como una fuerte influencia, es un buen antecedente si te interesa el relato breve, la literatura fantástica, o en general la literatura Estadounidense del siglo XIX está recomendado.
  2. Las muertas
: Este si es bastante menos conocido pero es uno de mis libros favoritos, una novela satírica que en ocasiones raya en la comedia, es una adaptación de lo que pasó con Las Poquianchis (ahorita el nombre da un poco de risa pero bruh, fueron gente peligrosa) Jorge Ibarguengoitia es posiblemente mi autor mexicano favorito para pasar un buen rato, unas buenas risas jajaja, recomendado para olvidar un poco las dificultades de la vida.
  3. Cuentos de amor de locura y de muerte
: Otro volumen de cuentos que están tremendos, Horacio Quiroga es considerado un maestro latinoamericano del género así que yo lo recomiendo bastante, pon atención especial a mi relato favorito del volumen ‘La meningitis y su sombra‘.
  4. El cuento hispanoamericano
: Antología de relatos breves editada por el maestro Seymour Menton, no solo tiene lo mejor de los cuentos Latinoamericanos desde el siglo XIX hasta el presente, también cada relato tiene un comentario y breve análisis que te «enseña a leer cuentos», este libro me cambió la vida sin exagerar <3.
  5. Como agua para chocolate
: Una novela muy famosa, hay película homónima, realismo mágico del bueno, diría que es parte de los últimos rescoldos del boom aunque es mi poco informada opinión así que no me hagas mucho caso, también me gustó leer un poco sobre la visión femenina del amor, la autora, Laura Esquivel es una maestra en eso.
  6. El Aleph
: Volumen de relatos breves, que en mi opinión es obligatorio leer jajaja, broma, pero sí, Borges es famoso por los temas del laberinto, el espejo, los sistemas, relatos que parecen formar parte del mundo real, fantásticos, pero con una sutileza que hace dudar al lector, mi relato favorito es ‘La casa de Asterión‘ y tengo muchas ganas de escribir sobre ‘Emma Zunz’, pero los recomiendo todos.
  7. El llano en llamas
: Algo me dice que me encantan los relatos breves, El llano en llamas está al nivel de todos los otros volúmenes de esta lista, el maestro Rulfo retrató el México post-revolucionario con suma elegancia y precisión con estos relatos, imprescindible en la literatura mundial.
  8. Maten al León
: Novela de Jorge Ibarguengoitia, posiblemente mi favorita del autor, un poco de drama, de comedia y de sátira a las dictaduras latinoamericanas, recomendado con vehemencia.
  9. La tregua
: Un clásico, aunque abundan los memes sobre Benedetti y su obra, La tregua no le pide nada a los doramas jaja, una muestra de que también hay romance latinoamericano del bueno, también por acá sabemos querer bonito.
  10. Trafalgar
: Primer volumen de los episodios nacionales del maestro Benito Pérez Galdós, es sorprendente ver que muchos, pero muchos autores latinoamericanos se vieron inspirados por su idea de novelizar los episodios de la historia de sus países e hicieron obras igual de interesantes, es probable que ya hubiera antecedentes a este tipo de narraciones historico-literarias, pero pocas con la calidad y elegancia de Trafalgar.
Fotografía del libro 'El cuento hispanoamericano', unas muñecas hechas por artesanos con arpillera y otras telas

Decidí obviar las recomendaciones que siempre se encuentran en este tipo de listas, desde luego que están recomendadas con vehemencia, claros ejemplos son:

  • 100 años de soledad

  • El conde de Montecristo

  • El amor en los tiempos del cólera

  • El viejo y el mar


Ninguna de esas obras requieren presentación porque son de verdad muuuy conocidas, aunque siempre me da mucha gracia la review que hacen los ‘nacionales’ sobre ‘El viejo y el mar’ en South Park.

Conclusión (y algunas noticias)

El mismo hecho de que vamos a dejar muchas cosas sin leer pudiera motivarnos a leer todo lo que podamos, entre más libros leamos más rápido, mejor, yo caí un poco en esa forma de pensar, pero al poco tiempo me dí cuenta de que si seguía por ese camino terminaría por odiar los libros, destino aún peor que el perderse todos los libros que existen.

Justo por ese tiempo me encontré con un canal en Youtube que recomiendo Jared Henderson, de un man que explica filosofía en términos más digeribles (otro tema que me interesa), y mencionó algo que me pareció muy acertado, es mil veces mejor leer un libro y entenderlo a plenitud, disfrutarlo e incorporarlo a tu corpus de conocimiento que por el contrario forzarte a leer mil libros en un año pero que no te quedes con nada, y encima que el proceso en sí sea una tortura (acá está el vídeo si lo quieres ver: How to read better), por cierto que trae una cita tremenda «What you read is you deciding what kind of person you want to be.», así que está bien leer lo que te gusta, pero si de vez en cuando te pones retos, como leer a los clásicos, a los rusos, a los filósofos, a ‘los difíciles’, estás diciéndote a ti mismo que clase de persona quieres ser OMG, ¡potente!.

Y con esta muy modesta (y lo admito también ‘low-effort’) entrada damos comienzo a la temporada siete del blog, wow, el tiempo se va volando, ¡pónganse a leer¡ jajaja.

Hay planes para más cositas en el blog así que espero que esta no sea otra temporada de una entrada, aunque uno nunca sabe lo que la vida te va a aventar, pero como dijo el filósofo «Cámara no me agüito».

Meme de hombre viendo a otra mujer mientras camina con su pareja, Yo, Libro recién comprado, El libro que llevo 8 meses sin poder terminar

La casa de Asterión (cuento) – Resumen y comentario

La casa de Asterión es un relato breve escrito por Jorge Luis Borges en 1947. Publicado por primera vez en un número de la revista ‘Anales de Buenos Aires’, aunque su inclusión en ‘El Aleph’, uno de los dos volúmenes más famosos de Borges (el otro es ‘Ficciones’) lo hizo bastante más conocido.

El relato es una revisión de un famoso mito griego, de verdad recomiendo leerlo antes de los spoilers, su efecto es tremendo.

Resumen de ‘La casa de Asterión’ [spoilers]

El relato comienza con la cita:

 Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión.

Apolodoro, Biblioteca, III, 1.

Y Asterión comienza su discurso.

Primero rechaza las acusaciones que sobre él arroja la plebe, no es ni un misántropo, ni un soberbio, ni mucho menos un loco, calumnias que “castigará a su tiempo”.

Luego admite que no sale de su casa, pero da buenas razones para ello. 

En primer lugar es muy grande, de hecho tiene un número infinito de puertas (el texto anota que el original decía catorce, número que para Asterión equivale al infinito), de nuevo desprecia el rumor de que hay una casa parecida en Egipto.

Otra calumnia es que es un prisionero, de nuevo, aunque su casa es tan grande y un laberinto para los extraños. Ha salido a la calle, pero las caras aplanadas de la plebe, sus llantos y rezos de terror que les inspiraba verle, lo terminaron por fastidiar.

Humildemente acepta que aunque su modestia lo quiera, no se le puede confundir con el vulgo.

Tampoco sabe leer, pues, como el filósofo, piensa que nada es comunicable por el arte de la escritura, eso a veces le pesa pues los días son largos.

Aunque tiene muchas distracciones.

A veces corre por las galerías como un carnero en embestida, juega a que le buscan, escondiéndose entre los infinitos (catorce) aljibes de su casa. También juega a estar dormido, en ocasiones realmente lo hace, pero su juego favorito es fingir que ‘otro Asterión’ lo visita y que le muestra la casa.

También reflexiona sobre esta, con infinitos patios, pesebres, aljibes y galerías, todos idénticos, son uno y muchos a la vez.

Por último habla de que cada nueve años, entran a su casa nueve hombres para que él los libre de todo mal, tan pronto los escucha corre alegremente a buscarlos, ceremonia que dura pocos minutos. Ignora quiénes son, pero sabe que uno profetizó al morir, que alguna vez llegaría su redentor, desde entonces no le duele la soledad, sabe que existe y que en algún momento se van a encontrar.

El discurso de Asterión es seguido por estas líneas:

El sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre. 

–¿Lo creerás, Ariadna? –dijo Teseo–. El minotauro apenas se defendió

Detalle de vasija antigua con la ejecución de un minotauro

Comentario

De mitos y leyendas

Siempre me ha parecido intrigante saber de dónde salen las leyendas y los mitos, relatos que se han contado incontables veces por todas las edades. Recuerdo que cuando estaba documentando la entrada de Romeo y Julieta encontré que partía de una idea que ya existía desde la Grecia clásica, ¡y para entonces ya era una historia antiquísima!.

Pensar en que desde el neolítico y calcolítico los gérmenes de todas las historias que conocemos ya habían sido completamente desarrollados me vuela la cabeza.

Por ejemplo, en uno de los primeros volúmenes de Historia de Heródoto encontré que los héroes griegos de antaño eran de una talla proverbialmente grande (véase la sección ‘The Tomb of Ajax’ de la entrada de Wikipedia para Retio, en inglés y ‘Other literature and media’ en la entrada de Orestes), lo mismo que en otro montón de culturas en todo el mundo. Sucede algo parecido con el concepto de un diluvio o de los amantes de bandos contrarios, ¡en muchos lados se pensaban cosas parecidas!.

Pero todo eso es especulación mía.

Hay dos aspectos interesantes en el relato de Borges respecto a la temporalidad de su versión del mito que quiero abordar.

En primer lugar cuando Asterión desprecia ‘el arte de la escritura’ justo como ‘el filósofo’ es una clara referencia a Platón y sus reservas respecto a ese invento de gente sin memoria (lol), lo que sitúa al relato después de la segunda mitad del cuatrocientos a.e.c.

Pero al mismo tiempo la última línea del relato menciona una espada de bronce, Wikipedia sitúa el comienzo de la edad del bronce en el Egeo (curiosamente) alrededor del 3200 a.e.c., y su reemplazo por armas de hierro hasta el 1000 a.e.c. Para cuando el filósofo estaba pasándola bien en las Polis, se puede decir que ya estaba razonablemente extendido el uso de hierro.

Se me ocurre pensar que o bien la ceremonia de sacrificio requería armas arcaicas o bien, hubo filósofos famosos anteriores a Platón que no gustaban de la escritura para transmitir sabiduría.

De Borges y Asterión

Ahora, sobre el relato propiamente dicho, su brevedad aumenta su contundencia. Como decía Quiroga: “Un cuento demasiado corto – lo que sin duda puede ser un defecto – es mucho mejor que uno demasiado largo” (estoy parafraseando).

La estructura del cuento que comienza con un monólogo y termina con una especie de ‘cámara en tercera persona’ es sumamente efectiva.

Lo que tiene relación con otro aspecto muy interesante del relato: ‘La reescritura del mito’. 

La historia clásica tiene como motivo principal al ‘héroe ayudado por la princesa’. Borges lo reimagina como una historia de soledad y redención en la que el minotauro se convierte en el verdadero protagonista. El uso del nombre de Ariadna al final sirve para reforzar de manera inequívoca que se trata de la conocida historia de Teseo.

Lo que de nuevo tiene relación con Romeo y Julieta. La adaptación de una historia harto conocida en una pieza de literatura que atrapa la imaginación y emociones del lector es una proeza que solo los más grandes pueden lograr.

La casa de Asterión precedió por sólo cinco meses al drama en cinco actos ‘Los reyes’ de Julio Cortázar, ambos publicados en ‘Los Anales de Buenos Aires’.

Notable porque ambos parten del mito del minotauro, publicados el mismo año y en la misma revista. Y aunque la crítica implica la influencia de Borges en la trama de Cortázar, una carta de este a Borges indica que ya tenía desarrollada la idea del drama antes de leer el relato que nos ocupa.

El minotauro de Borges está más centrado en ‘su yo’ y su entorno inmediato, una especie de anhelo de ‘orden/paz’ obtenidos de la muerte, pero no está demasiado interesado en la trascendencia, en oposición al de Cortázar que la busca, al igual que el amor, la nobleza del espíritu y la belleza poética.

El relato de Borges presenta la muerte del Minotauro como la liberación de un mundo caótico y malvado. En ‘Los reyes’ esta muerte es una liberación a una esfera superior.

Los cambios en el manuscrito de ‘La casa de Asterión’ indican la búsqueda del personaje por el orden en la realidad, la explicación del rechazo de la población por Asterión.

Mientras que en la obra de Cortázar se presenta una realidad en la que la belleza y la moralidad se sabe existen, pero son sofocadas o mal interpretadas.

Aunque la carta no está publicada, aparece en la colección de Borges de la Universidad de Virginia. Y lee así:

Jorge Luis Borges

Habrá usted notado desde algún tiempo atrás la presencia del Minotauro circulando otra vez sordamente entre los hombres que escriben sus imágenes. Luego de hallarlo en el Thesée de Gide -entrevisto apenas, pero hermoso-, lo encuentro pleno de admirable inteligencia en el relato que llama usted La casa de Asterión. He querido entonces hacerle llegar este minotauro mío, que curiosamente profetiza al morir (murió en enero de este año) lo que hoy ocurre: su retorno incesante y repetido. Acéptelo usted como testimonio de cariño hacia Asterión, de nostalgia por su voz tan ceñida, tan libre de lo innecesario.

Con afecto,

Julio Cortázar

Fotografía de Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges

Sobre la soledad

Marta Spagnuolo señala lo sorprendente que es que empaticemos con el mismo monstruo que inspiraba terror en el mito y en el imaginario colectivo de la cultura que lo concibió.

De hecho se teoriza que el mito original (véase Pasífae) tenía como objetivo alejar a la gente de tendencias ‘furries’ o bien desacreditar el dominio minoico de finales de la edad del bronce. De nuevo, historia y mito se confunden cuando pasa mucho tiempo.

De cualquier modo, Borges logra “ponernos en el lugar del monstruo” y comprenderlo hasta cierto punto, se sugiere cierta deficiencia cognitiva (aunque yo no estoy tan de acuerdo con esa idea). “Un desajuste emocional que presentan la mayoría de los niños con retraso mental o dislexia, quienes así compensan sus sentimientos de inseguridad”.

Me da gracia que la misma Spagnulo escribió algo como “Y no me sorprende que esté así, con esa cabezota debe ser del todo difícil pensar” (paráfrasis again).

Me gustaría ofrecer otra interpretación sobre la capacidad cognitiva del príncipe.

Pienso que es un genio atormentado.

Su discurso es estructurado, lleno de erudición y aunque hay muchos visos de ingenuidad, no me parecen atribuibles a una deficiencia cognitiva, la falta de interacción social puede hacer mucho daño a la mente.

La idea del presidio y la soledad también es parte fundamental del relato, Asterión no tiene mucho que contar aparte de su vida como prisionero voluntario del laberinto.

Aún así sabe que la muerte es la redención, y alegremente se la brinda a los mancebos que son enviados a su casa cada nueve años, sabe que en algún momento alguien lo va a redimir a él y lo espera con ansias, que yo sepa las reflexiones sobre el significado de la vida y el final de ella no son comunes en las personas con deficiencias cognitivas.

Ya para terminar, no dejo de notar que en apenas una página y media, un relato pueda incluir tantas cosas, universos enteros de reflexiones y ñoñadas, si alguien me pidiera un relato para conocer a Borges es muy probable que recomiende ‘La casa de Asterión’ sin apenas pensarlo.

The Minotaur, George Frederick Watts, 1885
The Minotaur, George Frederick Watts, 1885

Fuentes

El llano en llamas (libro) – Resumen y comentario

‘El llano en llamas (libro)’ es un volumen de diecisiete relatos cortos, todos absurdamente buenos (hay varias ediciones, pero voy a comentar la versión ‘definitiva-oficial’).

Varios teóricos coinciden en que este libro es especial porque todos ellos confluyen en un tema principal, una especie de ‘álbum temático’ pero de cuentos. Vamos a verlo más en detalle, pero si hubiera que decidir cuál es el tema mi proposición millenial sería: ‘La vida en México está difícil, pero no me agüito, vengan esos balazos’.

Idea que creo es válida aún hoy, tal vez tanto como en los años posrevolucionarios.

Sobre Juan Rulfo

Juan Rulfo es un autor con características muy atípicas, la más importante es que publicó en vida dos libros y con eso le bastó para convertirse en uno de los escritores hispanoamericanos más importantes del siglo XX.

Nació en Jalisco en 1917, en plena revolución mexicana, muchos de los temas y ‘escenarios’ de sus obras derivan de este conflicto y sus efectos en la realidad nacional.

De ahí que se le asocie con el realismo, pero su ejecución es sumamente contemporánea, sin descripciones costumbristas, usando la sonoridad del lenguaje como se hablaba (o aún habla) en el campo mexicano, con una técnica más emparentada con las vanguardias que con las letras de principios de siglo, aptamente se le considera uno de los precursores de ‘El boom’ y el realismo mágico.

Hay una entrevista de él en el programa ‘A fondo’ (un must watch) en la que se confirman los rumores de que era un hombre introvertido, callado y en cierta forma enigmático.

‘Pedro Páramo’ es considerada una de las mejores novelas en español del siglo XX (lo que es mucho porque estuvo lleno de hitos) y ‘El llano en llamas’ una de las más brillantes colecciones de cuentos en español, al nivel de las colecciones de Lugones, Quiroga o Borges (arriba el Río de la Plata jaja).

Fotografía de Juan Rulfo autor de 'El llano en llamas'

Sobre la revolución mexicana (parte 1)

Se han escrito montones de libros sobre el tema y aunque soy un ñoño de la historia, el tratar con detalle a la revolución mexicana está fuera de los alcances de esta entrada, así que en muuuy breves palabras:

Don Porfirio fué derrocado, los que lo hicieron empezaron una battle royal en la que el último hombre en pie se quedaba con el país. Cuando uno ganaba otro lo mataba y luego otro le hacía lo mismo y así hasta llegar a un general llamado Álvaro Obregón, le sucedió su protegido, otro general llamado Plutarco Elías Calles que fundó el partido que gobernó al país por setenta años ininterrumpidos.

Y es muy fácil que este tipo de resúmenes le quiten el factor más importante a este hito de la historia nacional, a saber, el humano, de hecho este aspecto suele ser ignorado por los libros y documentales más mainstream, ¿te imaginas cómo sería vivir en aquellos tiempos?.

Literal, un día podías ir muy quitado de la pena a trabajar a tu milpa, una unidad de ejército o de revolucionarios (de los mil sabores que había) pasaba y te ejecutaba o te llevaba de conscripto si eras hombre o te violaba y luego te secuestraban para que les hicieras la comida (y otras cosas) si eras mujer.

La primera revolución social del siglo XX (antecedió a la rusa o alemana) también incorporaba proposiciones sumamente innovadoras, el reparto agrario de Zapata, la igualdad social, y mucho más. La constitución de 1917 en su momento fué la más avanzada de su tiempo, así que en papel la vida en México debía ser de las mejores del mundo, pero en la aplicación de dichas leyes es en donde les falló a los que tuvieron que ver con ello en aquellos tiempos, por lo visto una característica nacional que nos distingue desde los albores de la nación. 

Pero soy apolítico, solo lo menciono porque aún con la revolución concluida y con la mejor constitución del mundo, el país estaba lleno de violencia, pobreza y corrupción (again, algunas cosas nunca cambian).

‘El llano en llamas (libro)’ posiblemente es el conjunto de cuentos que mejor transmite la realidad de aquél México de la postguerra revolucionaria. Y si prestamos atención algunos aspectos en él siguen siendo tan relevantes como hace casi cien años.

Ahora viene un brevísimo resumen de cada relato.

Resumen de cada relato de ‘El llano en llamas’ [Spoilers]

Nos han dado la tierra

Cuatro hombres caminaban por ‘el llano grande’, una extensión enorme de terreno que es seca y mala, cuando el delegado se las entregó como su tierra, ellos no comprendían cómo es que les daban una tierra tan estéril.

Llevaban once horas caminando, el hombre que narraba la historia reflexionó en que de seguir con sus caballos y carabinas la cosa sería distinta, pero también se los habían quitado.

Uno de ellos llevaba una gallina, dijo que cuando salía lejos la llevaba pues no había quien se la cuidara.

Por fin llegaron al desbarrancadero, cerca del río, de inmediato se empezó a notar cómo la tierra se volvía buena.

El hombre de la gallina la volvió a abrazar y le desató las patas, luego dijo: “¡Por aquí arriendo yo!”, los demás siguen adelante, más adentro del pueblo. La tierra que ‘les habían dado’ “está allá arriba”.

La Cuesta de las Comadres

Un hombre comienza a describir el lugar en el que vivía, ‘La cuesta de las comadres’, cómo nadie quería a los Torrico, ni en la cuesta ni en el cercano Zapotlán.

Luego ‘del reparto’ se erigieron en dueños, aunque a ellos les había tocado una pequeña parte nada más.

Remigio Torrico era tuerto, pero tenía una vista muy aguda, el narrador se sorprendía de cómo se pasaba horas vigilando Zapotlán, más tarde se enteró que lo que vigilaba era el camino.

Era un buen amigo de los Torrico, una vez los acompañó, entonces supo que ya era demasiado viejo como para estar en esas ‘andadas’.

Iban por unos tercios de azúcar. El arriero que los cuidaba estaba tendido en el suelo, dormido según los Torrico, muerto según el narrador.

Luego el hombre que relata la historia aceptó que él mató a Remigio Torrico, él lo incriminaba de la muerte de su hermano Odilón, después de gritarle y buscarle problemas fué a por un machete, el narrador estaba remendando un costal y tenía la aguja de arria a la mano, tan pronto se acercó se la clavó en el abdomen.

Al verlo tan triste se apiadó de él y después de sacarla se la clavó en donde suponía que tenía el corazón.

Luego le explicó al difunto Remigio cómo había muerto su hermano, limpió sus enseres y lo tiró en algún paraje mientras quemaban cohetes por las fiestas en Zapotlán.

Es que somos muy pobres

Un niño comienza narrando cómo un sábado, el primero después de la muerte de ‘tía Jacinta’ cayó un aguacero como hacía mucho no se veía.

La cebada que se secaba al sol se había perdido irremisiblemente, el único tamarindo del pueblo había sido arrancado y el río también se había llevado a ‘La serpentina’.

‘La serpentina’ era la vaca de Tacha, su hermana. Que su papá había conseguido tras muchos esfuerzos, se la regaló cuando era una vaquilla con el objetivo de que le sirviera de dote, una vaca muy bonita con una oreja blanca y otra colorada.

Y el río, crecido como nunca, se la había quitado.

Las hermanas mayores de Tacha, debido a que eran muy pobres se habían vuelto ‘pirujas’, habían aprendido malas costumbres de hombres malos y no era raro que las encontraran en el corral con alguno de ellos encima, su papá les aguantó todo lo que pudo, pero las terminó por despedir de su casa y ahora estaban en Celaya, o quién sabía dónde.

Por eso habían comprado a ‘la serpentina’, para evitar ese destino para Tacha, pero ahora que la vaca ya no estaba sus padres habían perdido toda esperanza.

Y allí estaba ella, llorando como si el río se le hubiera metido a los ojos, su hermano la intentaba consolar, pero ella no dejaba de lamentarse.

“Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdición”

El hombre

Un hombre camina trabajosamente por el monte. Otro lo sigue. Cada uno reflexiona en los eventos que los llevaron a esa persecución. El primero mató a una familia entera, el otro desea vengarse. El relato se intercala temporal y espacialmente entre ambos personajes, y termina con la declaración de un pastor a un licenciado sobre el hombre que huía, al que halló muerto en una poza cercana al río.

En la madrugada

Era de madrugada en San Gabriel, el viejo Esteban iba guiando un rebaño de vacas, llegó al corral de don Justo pero nadie abría así que saltó la pared para abrirse, así vió como don Justo llevaba en brazos a la niña Margarita de vuelta a su casa.

Le permitió al becerro que iba a ser quitado de su madre una última ordeña, pero al ver que mamaba de las cuatro tetas comenzó a golpearlo.

En eso llegó don Justo que lo golpeó a él tan duro que ya no supo de sí.

Luego leemos la perspectiva de don Justo, después de llevar a Margarita a su cama, pues pasaron la noche juntos, fue a abrirle la puerta al viejo Esteban, iba pensando en que si le pedía al cura que lo casara con Margarita lo acusarían de incesto y los excomulgarían a los dos, entonces vió al viejo golpeando al becerro brutalmente y por su parte lo agarró por el cuello y comenzó a darle de puntapiés, después sintió que se le nublaba la cabeza y cayó en el empedrado, su sobrina lo encontró muerto.

El viejo Esteban estaba declarando (posiblemente a un funcionario), “Yo no me acuerdo; pero bien pudo ser. Quizá los dos estábamos ciegos y no nos dimos cuenta de que nos matábamos uno al otro. Bien pudo ser”.

Talpa

Un hombre relata cómo él y Natalia, su cuñada, llevaron a su hermano Tanilo al santuario de Talpa, para curarlo de las llagas que lo aquejaban.

Ellos habían estado juntos muchas veces, pero la imagen de Tanilo siempre estaba presente, por eso incluso aunque quiso regresar a Zenzontla lo obligaron a continuar, y así, lo mataron.

Ahora solo les quedaba el remordimiento, no cruzaron palabra alguna cuando Tanilo murió a pies del altar de la virgen del templo, ni siquiera cuando lo enterraron escarbando con sus propias manos el surco en el camposanto de Talpa.

Macario

Un hombre, ¿o un niño? nos ‘platica’ (literalmente usa ese verbo) un poco de su vida.

De las ranas que tiene que matar porque su madrina se lo pidió, de Felipa que es quien cocina y a quien quiere más, aunque su madrina es quien paga las cuentas y por lo tanto quien tiene la última palabra.

A Macario no le gusta salir a la calle pues nunca falta quien le arroje piedras, ni lo maltrate.

Su madrina lo lleva a oír misa con frecuencia, y le amarra las manos con las puntas de su rebozo, hay quien dice que está loco y que le da por ahorcar personas, pero él no da crédito a esas palabras.

Felipa lo visita por las noches, Macario la quiere más pues lo deja tomar la leche de “los bultos esos que ella tiene donde nosotros tenemos las costillas” mientras le hace cosquillas por todas partes.

Por fin recuerda que está junto a la alcantarilla esperando a las ranas, pero no ha salido ninguna, de lo que tiene más ganas es de tomar unos “tragos de la leche de Felipa, aquella leche buena y dulce como la miel que le sale por debajo a las flores del obelisco …”

El Llano en llamas

El pichón nos relata los últimos días de los hombres de Pedro Zamora. Primero cuando los hombres de Petronilo Flores mataron a la mayoría de su grupo, el llano grande por fin estaba en paz.

Pero no por mucho tiempo.

Los pocos que quedaron se desperdigaron por los montes, pocos meses después, el recadero de Pedro Zamora llegó con armas y parque, el general estaba juntando a su gente otra vez.

Y ahora tenía más que nunca, todo volvía a ser como en los buenos tiempos, saquearon muchos pueblos, pero de algún modo las cosas habían cambiado.

El gobierno mandó soldados curtidos que no eran como los conscriptos que estaban acostumbrados a combatir, Zamora se dió cuenta de que no durarían mucho si seguían así, dividió sus fuerzas en grupos pequeños que asolaron la región e hicieron mucho daño, incluso más que en su anterior apogeo.

Y probablemente hubieran seguido así por mucho tiempo de no haber sido por el descarrilamiento del tren en la cuesta de Sayula, lograron sabotearlo y miraron cómo caían los vagones llenos de gente al precipicio, se escondieron por varias semanas, pero el gobierno ya no les dió descanso.

La mayoría murió, los pocos que quedaron lograron esconderse, esperando el siguiente levantamiento. Levantamiento que nunca llegó.

El pichón había salido de la cárcel hace tres años, estuvo allí no por ser un hombre de Zamora (de ser así lo habrían colgado boca arriba en un árbol para que los Zopilotes se lo comieran vivo), sino por el hábito que había adquirido como revolucionario de robarse muchachas, una de ellas, que tenía catorce años cuando la secuestró ahora lo esperaba, la mujer más buena del mundo en su opinión, recordaba haber matado a su padre cuando protestó por llevársela, un día llegó a la cárcel y le presentó a su hijo.

“¡Quítate el sombrero para que te vea tu padre!. Y el muchacho se quitó el sombrero. Era igualito a mí, con algo de maldad en la mirada. Algo de eso tenía que haber sacado de su padre. – También a él le dicen el pichón. Pero él no es ningún bandido ni ningún asesino. Él es gente buena”.

¡Diles que no me maten!

Narra las últimas horas de vida de un viejo que en su juventud mató a su compadre por negarse a dejar pasar a sus animales a sus pastizales. Desde entonces vivió lleno de miedo, huía cuando gente extraña llegaba al pueblo, pero de eso hacía mucho, ahora que era abuelo de varios niños, esperaba poder vivir en paz con ellos, su hijo y su nuera, lo que le quedaba de vida.

Pero un grupo de soldados lo capturó, cuando por fin llegó al cuartel, el coronel que había despachado la orden de arresto se descubrió como el hijo del hombre al que asesinó, ordenó que lo amarraran a un arbusto y luego que lo ejecutaran.

La última escena presenta al cadáver siendo llevado por su hijo para ser enterrado. 

“-Tu nuera y los nietos te extrañarán -iba diciéndole-. Te mirarán a la cara y creerán que no eres tú. Se les afigurará que te ha comido el coyote, cuando te vean con esa cara tan llena de boquetes por tanto tiro de gracia como te dieron.”

Luvina

Un antiguo maestro le cuenta a un tercero cómo es San Juan Luvina, su suelo gris, como de piedras que sirven para hacer cal, lleno de cerros y barrancos, lleno de muertos a los que los pocos familiares que les quedan tienen que acompañar.

El maestro previene a su interlocutor de la tristeza que parece emanar del lugar, y de que está muy cerca de ser ‘el purgatorio’.

De repente el hombre interrumpió su discurso, “se quedó mirando un punto fijo donde los comejenes ya sin sus alas rondaban como gusanitos desnudos, afuera se escuchaba cómo avanzaba la noche. El hombre que miraba a los comejenes se recostó en la mesa y se quedó dormido”.

La noche que lo dejaron solo

Tres hombres cruzaban la sierra de noche, el último de ellos, que después nos enteramos es un muchacho, se quedó rezagado, no habían dormido por tres días y llevaba varios rifles y carrilleras terciadas, poco a poco se estaba durmiendo mientras caminaba y terminó por acurrucarse en unos árboles al lado del camino.

A la madrugada siguiente lo despertaron unos arrieros que le dieron los buenos días. No contestó, cruzó el monte y se deshizo de su equipaje, al llegar a los ranchos de aguas zarcas se acercó sigilosamente al bullicio de soldados que estaban por allí.

Reconoció a sus dos tíos colgados de un mezquite, no hizo por mirarlos otra vez, luego escuchó a unos soldados decir que esperaban a un tercer hombre, sabían que eran tres y que el más joven había tendido una mortal emboscada a un tal teniente Parra, que eran de los últimos cristeros que iban a unirse a las fuerzas ‘del Catorce’ y que en el peor de los casos iban a ejecutar al primero que pasara por allí.

Luego se escabulló hasta llegar al arroyo y “sentir que se disolvía en la llanura”.

Paso del Norte

El relato comienza con un hombre encargando su familia a su padre. La semana pasada habían comido solo quelites, y ahora ni eso, había escuchado que en el norte se ganaban muchos dólares, y como no había forma para él de subsistir en su tierra decidió ir para allá. 

El padre rehusó, pero ante la insistencia y reproches del hijo terminó por aceptar.

En la siguiente ‘escena’ el hombre ha regresado. “Padre. Nos mataron”, le dice. Entonces relata que al cruzar el río cerca de Ojinaga, unos desconocidos los ‘aluzaron’ y comenzaron a dispararles, sólo él sobrevivió.

Su padre le respondió: “Eso te ganaste por creído y por tarugo. Y ya verás cuando te asomes por tu casa; ya verás la ganancia que sacaste con irte … se te fué la Tránsito con un arriero. Dizque era rebuena ¿verdá? Tus muchachos están acá atrás dormidos”.

Acuérdate

Un hombre le habla a otro (nunca se sabe realmente quiénes son) sobre Urbano Gómez. Le recuerda la historia de varios miembros de su familia, como las hijas de su hermano Fidencio que eran ‘muy juguetonas’ o la madre de ellas apodada ‘la berenjena’ debido a que siempre estaba metida en pleitos.

Urbano era famoso por sus dotes de emprendedor, revendía naranjas con chile que le habían costado dos centavos a cinco y mercaba cuanta chuchería llegara a sus manos.

Su hermana Inés se casó con Nachito Rivero, que por algún motivo ‘se volvió menso‘, su mujer tuvo que poner un puesto de tepache en la garita del camino real para mantenerlos, mientras Nachito se la vivía cantando canciones desafinadas con una mandolina prestada.

Los hombres que estaban conversando iban a beberse el tepache de Nachito, acompañados por Urbano, y nunca le pagaban, todos los del pueblo terminaron por evitarlo pues le debían dinero.

Urbano huyó del pueblo luego de la paliza que le propinó su tío cuando lo expulsaron de la escuela por ‘jugar al papá y a la mamá’ con ‘la berenjena’, un día regresó como policía, se sentaba en una banca de la plaza de armas, con una carabina entre las piernas y mirando a todos con mucho odio.

Fué entonces cuando mató al de la mandolina, la gente estaba en la iglesia rezando cuando escucharon los gritos de Nachito.

Urbano le estaba descargando golpes con la culata de la carabina aún ante los reclamos de todos, hasta que un forastero se la quitó y lo dejó tirado de un golpe, pasó allí la noche y en la mañana se fué, lo atraparon en el camino.

Al final el narrador le menciona a su interlocutor: «Dicen que él mismo se puso la soga al cuello y escogió el mejor árbol para que lo colgaran».

¿No oyes ladrar a los perros?

En medio de la noche un hombre viejo lleva a cuestas a su hijo que estaba malherido.

Durante el trayecto a Tonaya, en donde sabe que hay un doctor, el hijo le dice a su padre que lo deje, que lo alcanzará en cuanto pueda, pero el viejo sabe que en el momento en que lo baje no podrá levantarse.

El hombre le dice que no hace esto por él, que ha sido un mal hijo, un salteador y asesino, lo hace por su difunta esposa, que quería lo mejor para él y que le recriminaría si lo hubiera dejado allí tirado, en donde habían matado a sus amigos.

El viejo le pide que se fije si están cerca del pueblo, si oye ladrar a los perros, pero su hijo no responde más.

Es de mañana y por fin han llegado a las primeras casas de Tonaya, escucha a los perros desde todos lados.

“¿Y tú no los oías, Ignacio? -dijo-. No me ayudaste ni siquiera con esta esperanza.”

El día del derrumbe

Dos hombres conversaban sobre el terremoto de septiembre en el occidente del país, recordaban en especial la visita del gobernador del estado, los cuatro mil pesos que les costó atender a su comitiva y lo bien que la pasaron.

Comiendo, bebiendo ponche y el gobernador dando un discurso que uno de los interlocutores se aprendió de memoria.

Recordaron que uno de los borrachos empezó a disparar al aire en apoyo del gobernador, que afuera, unos hombres peleaban con machetes y uno había muerto, del gobernador dando órdenes siempre acatadas con un ‘sí mi general’.

El hombre recordó bien la fecha de la visita del gobernador, veintiuno de septiembre, si hijo había nacido ese día y él regresó más borracho que sobrio, cuando su mujer le devolvió el saludo le dijo que ni para llamar a la comadrona sirvió, tuvo que arreglárselas como pudo.

La herencia de Matilde Arcángel

Un arriero que después nos enteramos se llama Tranquilino Herrera, comienza a relatar a un público indeterminado los sucesos relacionados con su compadre Euremio Cedillo y su familia.

Euremio era un hombretón grande y fuerte, tanto que hasta daba coraje estar cerca de él pues parecía que uno estaba hecho como de mala gana o con desperdicios.

Su hijo, también llamado Euremio Cedillo en cambio era flaco y de aspecto enfermizo. Había vivido siempre aplastado por el odio. Quien más lo odiaba era su padre.

La madre de Euremio, Matilde Arcángel, había sido novia de Tranquilino, un día éste llegó de una de sus diligencias y se encontró con que su novia se había casado con Euremio.

Matilde era sumamente hermosa, les alegraba la vista a todos los arrieros que pasaban por la fonda de su madre.

Tranquilino aceptó ser padrino de Euremio para siquiera poder verla de vez en cuando.

Venían del bautizo cuando el caballo en que iba Matilde con el niño se desbocó. Terminó en un charco de lodo, muerta, con una mirada de tristeza o felicidad, había salvado a su hijo.

Desde entonces su padre lo odió, decía que el niño asustó al caballo con uno de sus berridos y que por salvarlo su mujer había muerto. Se bebió toda su hacienda con tal de no dejarle nada, lo golpeaba todos los días, lo mataba de hambre, pero su hijo no murió.

Pasaron los años y algunas personas ayudaban al muchacho lo mejor que podían, aprendió a tocar la flauta y a veces se le escuchaba hasta bien entrada la medianoche.

Un día pasó un grupo de hombres armados por el pueblo, esa noche se escuchó a una flauta irse con ellos.

Algunos días después también pasó un grupo de soldados, Euremio el viejo se armó y les rogó que lo dejaran acompañarlos.

Pocas semanas después regresó el grupo de hombres ahora desarrapados y montados en caballos flacos, unos ‘estilando’ sangre y otros dormidos, se siguieron de largo.

Al final iba su ahijado Euremio montado en el caballo de su compadre que iba atravesado sobre la silla muerto.

Anacleto Morones

Un grupo de mujeres llega a una remota casa, buscando a Lucas Lucatero. Quieren su apoyo y testimonio para canonizar a su suegro, “el niño” Anacleto Morones.

Resulta que Morones era una especie de hombre milagroso que había curado multitud de dolencias y ayudado a muchas personas.

Lucatero estaba nervioso y quería que se fueran cuanto antes, así que buscó la forma de incomodarlas para que lo hiciesen.

Habló de los crímenes de Morones, de cómo no dejó a una sola vírgen en los alrededores, de que le entregó a su hija embarazada de él mismo y de que era tan aventurera como su padre.

Una a una las mujeres se marcharon, hasta que solo quedó Pancha Fregoso, hablando con completa franqueza decidieron pasar la noche juntos. Lucas le pidió que le ayudara a empedrar su corral pues es lo que le faltaba de faena, terminaron en poco tiempo, sin que ella supiera que debajo de las piedras estaba el cadáver de Anacleto Morones.

A la mañana siguiente Pancha le dijo: “Eres una calamidad, Lucas Lucatero. No eres para nada cariñoso. ¿Sabes quién sí era amoroso con una?. El Niño Anacleto. Él sí que sabía hacer el amor.”

Comentario

Sobre los libros de cuentos

Como he mencionado antes, el relato breve es mi forma favorita de prosa, siempre cito a Poe con su concepto de ‘unidad de efecto’ y también a Quiroga con sus opiniones respecto a lo que un buen cuento debe tener.

Si aplicamos estos estándares para ‘medir’ la efectividad de los relatos de Rulfo (nótese que no planeo definir si un cuento es bueno o malo sin importar el autor, la efectividad se refiere, de nuevo, al ‘efecto’ del relato (hasta las etimologías de ambas palabras se llevan muy bien haha)) entendemos por qué se consideran al nivel del mismo ‘Poe de latinoamérica’ o al ‘inmortal’ (codazo guiño) Borges.

Si bien las tramas y personajes del maestro Rulfo ya habían sido exploradas vagamente por otros autores (véase la sección de ‘Los precursores’ en ‘El boom de la novela latinoamericana’), como la violencia en el campo que se expresó muy bien en ‘Doña Bárbara’, o la violencia del mundo hispanoamericano a principios de siglo en algunos relatos tempranos de Borges (e.g. Hombre de la esquina rosada). 

Pero algo que me pareció sumamente novedoso en términos cronológicos es el uso del lenguaje en ‘El llano en llamas’ (libro), con un fuerte ‘sabor’ a vanguardia.

Como en ‘Es que somos muy pobres’, donde el niño/narrador dice algo como: “Y Tacha llora como si el río se le hubiera metido dentro” (estoy parafraseando), o en frases tan ‘simples’ como “… ni paró en su carrera hasta que sintió que el arroyo se disolvía en la llanura.”, dan la sensación de que el autor se tomaba su tiempo para encontrar las palabras adecuadas, un poco a la Flaubert, pero con una fuerte carga a veces surrealista que recuerda vagamente a ‘El reino de este mundo’ o ‘El señor presidente’.

Pero no en lo fantástico, se acerca más a un realismo expresado con algunas técnicas de la ‘vanguardias’, algo que no se ve todos los días.

Otro aspecto interesante de ‘El llano en llamas’(libro) es la idea de leerlo como un ‘ciclo’.

El ciclo de ‘El llano en llamas’

Así como hay álbumes conceptuales en los que cada canción contribuye a un todo, que bien puede ser una historia u otro aspecto inherente a la música y el montón de variables que tiene, también hay un equivalente en el mundo de los libros de cuentos que en ocasiones es llamado ‘ciclo cuentístico’.

Y la idea no es nada nueva, si pensamos un poco ‘Las mil y una noches’ son un ciclo extenso (¿ya viste la edición de Mirlo?, ¡está bien bonita!), pasa lo mismo con otras colecciones medievales europeas al igual que en otras literaturas.

Pues que algunos críticos proponen que ‘El llano en llamas’ (el libro completo) se puede leer como un ciclo cuentístico.

Y ¿cuál es el ‘hilo rector’ del ciclo de ‘El llano en llamas (libro)’? Yo diría que en dos palabras es: ‘violencia estoica’. Pero esas palabras encierran más de lo que aparentan. 

En un ‘ciclo cuentístico’ el orden en que aparecen los relatos importa mucho.

‘Nos han dado la tierra’ define el ‘marco histórico’ (no soy tan fan de la expresión) del resto de los relatos, es decir, los años después de la revolución, en los cuales los hitos más importantes fueron el reparto agrario y la guerra cristera (dato random, ‘Pedro Páramo’ también sucede en este ‘espacio temporal’, y ‘Pensativa’ lidia con las consecuencias de la guerra cristera).

Y así vemos a estos antiguos revolucionarios (se infiere por el recuerdo de las carabinas y los caballos que les fueron quitados) recibiendo tierra estéril, lo que expresa la opinión de la mayoría de los campesinos de que la revolución les falló después de tantos años de violencia.

El fracaso de la reforma agraria también se manifiesta en ‘La cuesta de las comadres’, esta vez por el bandidaje y la laxa aplicación de las leyes en el inmenso territorio nacional, labor dificultada por el centralismo gubernamental (again, esto sigue sonando insufriblemente actual). En ese relato se inaugura otro motivo constante en gran parte de los cuentos restantes, la violencia ejercida sin remordimientos, casi como un reflejo.

La palabra también pertenece a un campesino, que parece no comprender del todo ni la maldad de sus ‘amigos’ los Torricos, ni el peso de su propio crimen. Esta actitud, calificada de indiferente’, ‘fatalista’, ‘inmoral’ o ‘amoral’ por varios críticos, se repite en ‘El hombre’, ‘En la madrugada’, ‘Diles que no me maten’ y ‘Anacleto Morones’.

Aún así, en cada uno de los casos, el asesino tiene algún ‘motivo’ para su crimen. 

El viejo de ‘La cuesta de las comadres’ actúa en defensa propia y también se libra de un bandido; En ‘el hombre’ el perseguidor busca vengar la muerte de su hermano y de la familia de éste; Esteban mata a su patrón por el resentimiento de vivir explotado y hambriento, además de cumplir con su ‘obligación cristiana’ de matar a un incestuoso; Motivo análogo a Lucas Lucatero y el asesinato de Anacleto Morones; Juvencio de ‘Diles que no me maten’ mató a Terreros para salvar a sus animales pero también porque éste rompió el ‘sagrado vínculo’ del compadrazgo; Mientras el hijo de Matilde Arcángel mata a su padre en pago a los años de maltratos en los que lo mantuvo.

Tampoco se puede ignorar la crueldad/frialdad con la que se ejecutan los crímenes y los relatan sus mismos perpetradores, me viene a la mente el discurso de Rugiero en el que resalta que la gente del campo era “muy buena para sembrar maíz y batirse con una suerte de indiferencia”.

La vida en México

También está constante una naturaleza hostil, como el llano grande que parece una sucursal del infierno, o las fuertes lluvias (en contraste) que causan la muerte de “la serpentina”. También en ese relato (‘Es que somos muy pobres’) Rulfo inaugura su perspectiva crítica de la religión. La madre de Tacha está sumamente preocupada por la condena eterna del pecado de sus dos hijas mayores y que se asume será igual para Tacha, su padre por otro lado sabe que sus tribulaciones se deben a la pobreza y no a algún castigo divino, desmintiendo la opinión generalizada de que los campesinos son ignorantes.

La familia de Tacha no puede contar con las dos instituciones más poderosas del país: la iglesia y el gobierno, de hecho, siempre que se insinúa la presencia de cualquiera de estas autoridades es con matices negativos, idea que se manifiesta especialmente en ‘Talpa’ y ‘Anacleto Morones’.

Y ese sentimiento de desamparo abre el espacio a la idea de orfandad, muy extendida en la postguerra civil, y en los relatos de ‘El llano en llamas’ (casi todos).

Sobre todo su resolución proporcionada por la venganza, Rulfo atribuye una importancia capital a la figura paterna con las palabras del militar de ‘Diles que no me maten’: «Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar está muerta», idea que se repite en ‘La herencia de Matilde Arcángel”, y ya sabemos cómo terminan ambos relatos.

El resto de cuentos subrayan uno u otro de los aspectos ya mencionados con distintos matices, pero en términos generales podríamos decir que el hilo conductor de todos es, en palabras de Jorge Rufinelli, ‘la ausencia del padre’, en la que ‘padre’ engloba también a las instituciones (de nuevo, sobre todo las religiosas y al estado).

Para comprender a plenitud las ideas expuestas por Juan Rulfo por medio de estas familias disgregadas, asesinatos, violaciones, parricidios y relaciones incestuosas, como resultado de las revueltas sociales de principios del siglo XX, hace falta cierta familiaridad con la literatura e historia mexicana, porque no es que la gente matara así porque sí, el contexto de los personajes es distinto al de nuestros días.

Para los que no están tan fuertes en historia y literatura nacional y por lo tanto puede que escapen a su comprensión estas sutiles características, la altísima calidad de los relatos basta para transmitir los ‘efectos’ de los que hablaba Poe, muy a la Quiroga también, con injusticia, pasión, vida y muerte. El ‘factor humano’ que cualquier persona en cualquier parte del mundo puede comprender.

Conclusión

En resumen ‘El llano en llamas’ es un volumen de relatos que expresan muy bien la realidad nacional de los años posteriores a la revolución, y aunque esos aspectos no les interesen a ciertos lectores, la técnica y presentación de cada cuento bastan para retener la atención, de forma muy parecida a lo que pasaría en ‘El boom’, es decir, abordando la existencia humana en sus aspectos más básicos y por lo tanto, comunes a cualquier persona sin importar en dónde viva, temporal y espacialmente.

Como ‘bonus track’ (literal), acá está un audio del mismo Juan Rulfo leyendo ‘diles que no me maten’ (OMG), top tier!.

Fuentes

  • Mora, G. (1991). El ciclo cuentistico: “El llano en llamas” caso representativo. Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, 17(34), 121–134. https://doi.org/10.2307/4530564
  • Echevarria, G. R. (2012). Modern Latin American Literature: A Very Short Introduction. Oxford University Press.

Azul (Rubén Darío) – Resumen y análisis

imagen destacada azul de rubén darío

‘Azul’ es un volumen de relatos cortos y poemas escrito por Rubén Darío y publicado en 1888. Es considerado el detonante del ‘Modernismo’ latinoamericano y uno de los hitos en la literatura en Español. En esta entrada discutiremos el contenido del libro, su contexto y su legado.

Sobre Rubén Darío

Aunque fascinante, su vida no es el objeto de esta entrada. Además de prodigio de las letras, le gustaba irse de fiesta y pasarla bien con los amigos. Muchos de ellos poetas y diplomáticos. Nació en 1867 en Nicaragua.

Criticaba a la burguesía pero al mismo tiempo dependía de ella y tenía opiniones encontradas respecto a los movimientos socialistas de principios del siglo XX.

Mucho de su trabajo se cristalizó en lo que hoy se llama ‘Modernismo’ (va a haber entrada, de momento revisa la ‘historia de la literatura hispanoamericana‘ XD), aunque no fue el único inventor del movimiento pues muchos de sus contemporáneos colaboraron en el refinamiento de esta estética.

Lo que es cierto, es que fue el más influyente y famoso de los modernistas. Su influjo es perceptible en todos los países de habla hispana.

Tan es así que se le apodó ‘El príncipe de las letras castellanas’. Pocos autores pueden gloriarse de ser tan influyentes como él en toda la historia de la literatura en Español.

monumento a Rubén Darío, escritor de 'Azul'
Monumento a Rubén Darío

Contexto literario (y no tan literario) de ‘Azul’ de Rubén Darío

En 1888 Jack el destripador se paseaba por Londres. La era Meiji de Japón estaba en su apogeo y la ‘Pax Porfiriana’ tenía bien sujeta a México.

En el mundo literario el gran Antón Chéjov publicaba ‘La estepa’. El maestro del relato breve Guy de Maupassant también hacía de las suyas y Benito P. Galdós llevaba ya varios años ejerciendo como escritor.

El romanticismo estaba pasando de moda al menos en Europa. Y había un poco de neoclasicismo derivado del (y este es el último ‘ismo’ del párrafo XD) parnasianismo francés.

Por algún motivo todo lo que hacen los franceses gusta (¿gustaba?) en Latinoamérica, así que hubo versiones del parnasianismo en toda la región. Autores como Salvador Díaz Mirón, Manuel Gutiérrez Nájera y Amado Nervo (entre otros) son considerados parnasianos y al mismo tiempo precursores del modernismo.

La estética de este movimiento tenía a la belleza como fin más importante. Le daba un gran cuidado a la forma clásica, así que no había mucho espacio para la innovación estilística. Abordaba temas de cariz artístico lo más lejos posible del ‘vulgar’ realismo que también estaba en boga como respuesta al romanticismo.

Los parnasianos como su nombre sugiere (del monte Parnaso, hogar de las Musas) preferían referenciar a la antigua Grecia y los clásicos. Aunque también manifestaban interés en el lejano oriente (son los weebs/otakus de principios de siglo lol).

En fin, que esta forma de hacer literatura estaba de moda cuando Darío publicó Azul y es de opinión generalizada que el parnasianismo tuvo mucha relación con el modernismo.

El modernismo coincidía en su admiración a los clásicos griegos. En el cuidado de la presentación formal del texto y en su rechazo al ‘sentimentalismo’ del romanticismo. Se separaba del realismo al preferir temas y contextos exóticos/fantásticos, pero no se limitaba a las formas clásicas. En el modernismo hay verso en prosa, verso libre, se recuperó el verso alejandrino entre otras ‘innovaciones’.

Se considera a ‘Azul’ el primer volumen plenamente modernista.

El Parnaso del Rafael Sanzio. La pintura muestra el mitológico Monte Parnaso, la montaña sagrada donde reside el dios Apolo y las musas de la mitología griega. Junto a poetas clásicos y contemporáneos al pintor.
‘El parnaso’, fresco de Rafael en el Vaticano

Contenido de ‘Azul’ de Rubén Darío (y un micro resumen de cada cuento)

La primera edición se dividía en cuatro secciones: ‘Cuentos en prosa’, ‘En Chile’, ‘El año lírico’ y dos ’poemas sueltos’. Ediciones posteriores agregaron varios relatos, poemas y notas aclaratorias, vamos a resumir únicamente los componentes de la primera edición.

Cuentos en prosa [spoilers]

  • El Rey burgués: Relato de un poeta en un reino gobernado por un rey burgués, por contradictorio que pueda sonar, [spoiler] precisamente por ser un rey de pacotilla tiene mal gusto y por lo tanto no le encuentra utilidad al poeta, así que lo pone a darle vueltas a la manivela de una máquina que produce música y así podrá comer, llega el invierno y el rey se olvida del poeta dejándolo solo en la intemperie moviendo su manivela para siempre.
  • La Ninfa: En una reunión, seis amigos, todos artistas ‘unos más, unos menos’, discuten de variados temas. La anfitriona, la excéntrica actriz Lesbia, expresó su inclinación amorosa hacia los sátiros y los centauros, luego de una digresión del sabio del grupo recordando antiguas referencias a los citados. El narrador dijo que él amaría a una ninfa si existiese, Lesbia le aseguró que vería a una.
  • El fardo: Relato muy emparentado con el naturalismo en el que un viejo trabajador de puerto le cuenta a un poeta sobre la muerte de su hijo, que al final de su vida fue tratado como (adivinaste) nada más que un fardo en el tráfago portuario…
  • El velo de la reina Mab: Una reina de las hadas, la reina de Mab estaba escuchando a cuatro hombres lamentarse de los regalos que les habían hecho; ‘una cantera, el iris, el ritmo, el cielo azul’, todos tenían alma de artista y habían logrado grandes obras, pero les esperaba un futuro sombrío de pobreza, tristeza e ignominia. La reina terminó de oírlos y con su velo les insufló esperanza, desde entonces los artistas piensan ‘en el porvenir como en la aurora’.
  • La canción del oro: ‘Un harapiento, con trazas de mendigo, quizá un poeta’, se paseaba por la calle de los palacios, en eso llegó un carruaje con una pareja muy adinerada. El hombre los vio entrar a un edificio magnífico y después de morder un mendrugo de pan petrificado que sacó de su bolsa comenzó a cantarle al oro, con ironía y desprecio. ‘El eco se llevó aquel himno, mezcla de gemido, ditirambo y carcajada’.
  • El rubí: Una asamblea de gnomos discutía sobre el último invento del hombre, un rubí artificial, los mineros mostraban su admiración por la gema creada por la ciencia, excepto un viejo patriarca que les contó el origen de los rubies genuinos. Luego de ello los antes admirados gnomos repudiaron la falsa gema y le agradecieron a la madre tierra, de ‘seno inextinguible’ por sus dádivas y regalos.
  • El palacio del sol: Cuento notablemente sugerente que relata la historia de una niña enfermiza que es curada por un hada que la lleva al palacio de un rey sol, donde baila y disfruta de la pasión juvenil. Al final el narrador les recomienda a las madres de niñas con problemas de salud que las manden al palacio del sol y verán cómo regresan llenas de vigor y color en las mejillas (bruh, esto está fuerte XD)
  • El pájaro azul: Una pandilla de poetas y demás artistas se reunían con frecuencia en un café, allí acudía también Garcín, ‘el pájaro azúl’. Se había ganado ese apodo porque siempre decía que en su cabeza había un pájaro azul que lo encaminaba a los versos, y escribía unos muy buenos, algunos dedicados a Niní, su amable vecina. Un día su padre le quitó la pensión y le prometió volver a dársela si dejaba todo eso de la poesía. Garcín se volvió más alegre desde entonces y vivía para su arte. Luego de eso Niní murió y algunos días después Garcín dejó volar al pájaro azul que vivía en su cabeza.
  • Palomas blancas y garzas morenas: Un poeta cuenta de su infancia con su bella prima Inés, cuando crecieron él le confesó su amor (norteño time jaja, creo que a principios de siglo era más o menos común que los primos se casaran). Ella le respondió con risas, el muchacho despechado sufrió su primer dolor de hombre. Luego nos relata su primer beso de verdad con la inolvidable Elena, a la que siempre estaría agradecido por enseñarle las delicias del amor.

En chile

  • Álbum porteño: Textos en prosa que narran el viaje de un poeta por diversas locaciones, sus observaciones y pensamientos.
  • Álbum santiagués: Otra colección de breves textos que tratan temas diversos, entre ellos el amor y la belleza.

El año lírico

Cuatro poemas inspirados en cada estación, desde la amorosa primavera hasta el triste invierno.

  • Primaveral
  • Estival
  • Otoñal (Autumnal en algunas ediciones)
  • Invernal

Poemas sueltos

Poemas que como su nombre indica no entran en las secciones anteriores.

  • Pensamiento de otoño
  • Anagke

Comentario sobre ‘Azul’ de Rubén Darío

Se ha escrito mucho sobre ‘Azul’, y necesitaríamos de varias entradas para analizar cada uno de sus cuentos y poemas (bruh, siguen saliendo entradas de todos lados T.T). Por esta vez nos limitaremos a tratar al libro como un todo.

‘Azul’ y el modernismo

Si consideramos lo que los contemporáneos publicaban cerca de la línea temporal de ‘Azul’ es comprensible el revuelo que causó, aunque vale la pena mencionar que dicha atención fue tardía y según a quién le preguntes debido a la crítica favorable de algunos autores como Juan Valera.

Sea como fuere, multitud de críticos han demostrado esas opiniones como merecidas. Entre ellos el mismo Octavio Paz en ‘Los hijos del Limo’ y ‘El caracol y la sirena’, el primero un libro/ensayo enfocado en la transición del modernismo a las vanguardias y el segundo un prólogo a una atología de Darío.

En ellos el Nobel Mexicano demuestra la importancia del modernismo en el desarrollo de la literatura en Español en todo el mundo y su papel como etapa de transición entre las tendencias artísticas del siglo XIX y la modernidad, con ese término Paz hablaba de una modernidad como la que vemos en el siglo XX, con las vanguardias y el postmodernismo.

Es decir, que mucho de lo que aún hoy se escribe está muy cercano a lo que Darío y los modernistas propusieron.

Tal vez ya no en la forma y técnica empleados. En pleno 2021 las formas clásicas del verso no se usan mucho por ejemplo. Dato random, Darío fue un precursor en el resurgimiento del verso libre y del verso en prosa, junto a Martí, Nervo y otros.

‘El beso’ de Gustav Klimt, pintura modernista (aunque no se debe confundir el modernismo literario del modernismo en la pintura o la arquitectura)

Legado de ‘Azul’ de Rubén Darío

Los temas del modernismo que se vislumbran en ‘Azul’ profetizaban los asuntos que tratarán los poetas hasta la fecha.

En ‘El palacio del sol’ por ejemplo la ironía disfraza un erotismo muy pocas veces visto hasta entonces y que reconocemos en multitud de autores posteriores (véanse a las poetisas de la primera vanguardia).

‘El rey burgués’ también incluye mucha ironía, un rey por definición no puede ser un burgués, una monarquía no da cabida a toda la maquinaria capitalista necesaria para que exista una burguesía.

Un rey burgués es un pseudo rey, un monarca de pacotilla con mal gusto y pobre sensibilidad artística. Me parece interesante que para Darío un rey de verdad, un auténtico ‘rey sol’, es el monarca que consiente a los poetas y a los artistas (pero sobre todo a los primeros XD). Es como decirle al rey ‘si no me aprecias eres un necio y no deberías gobernar’ nada perdido ¿ha?.

Otra tendencia que ciertamente cayó en desuso es la referencia a mitos clásicos y en general al folklore Europeo. 

En ‘Azul’ encontramos gnomos violadores, ninfas etéreas, hadas bienhechoras y un poco de todo, bien a tono con la tendencia subversiva del modernismo.

Conclusión

El modernismo (va a tener entrada) es en serio muy importante, separa no de tajo pero sí muy evidentemente a la literatura previa de la siguiente, y es igual de evidente su influencia en la literatura moderna (jaja, ¿lo notas? lo lleva en el nombre). ‘Azul’ de Rubén Darío es considerado el primer libro modernista por muchos.

Así que vale la pena leerlo. Su crítica a la burguesía, al desprecio por el desprecio del arte, y al pragmatismo capitalista, su tratamiento de lo erótico y lo existencial, del amor y de la experiencia humana en hispanoamerica (aunque sobre todo de Chile y Argentina) lo hacen un volumen obligatorio en cualquier biblioteca :D.

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[kofi]

Fuentes

  • Aguinaga, C. (1980). La ideología de la clase dominante en la obra Rubén Darío. Nueva Revista De Filología Hispánica, 29(2), 520-555. Retrieved June 3, 2021, from http://www.jstor.org/stable/40298389
  • Alberto Acereda (2002) La modernidad existencial en la poesía de Rubén Darío, Bulletin of Spanish Studies, 79:2-3, 149-169, DOI: 10.1080/147538202317344961
  • Mercado, J. (1918). Rubén Darío. Hispania, 1(1), 38-42. DOI:10.2307/331680
  • Rafael Soto Vergés: «Rubén Darío y el neoclasicismo (La estética de Abrojos)», en Cuadernos Hispanoamericanos, nº 212-213 (agosto-septiembre de 1967).
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Historia de la literatura hispanoamericana

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A partir de hoy, vamos a viajar (a muy grandes rasgos a veces) por tooooda la historia de la literatura hispanoamericana. Desde Cortéz y De las Casas, hasta los ‘instapoetas’ de nuestros días.

Declaración de intenciones

Uno de los objetivos originales de este blog era comentar obras de la literatura mundial y motivar a los lectores a darles una revisada si no lo habían hecho.

Con el tiempo, y aunque ese objetivo sigue siendo parte importante del sitio, empecé a inclinarme por la literatura latinoamericana en Español.

Así surgió la idea de esta ‘saga’ de entradas.

Antes de comenzar con este emocionante viaje vale la pena establecer las ‘reglas’ que van a moderar los contenidos.

Limitantes y objetivos

Primero los términos ‘hispanoamérica’, ‘iberoamérica’ y ‘latinoamérica’ serán usados indistintamente. Aunque en realidad creo que el primer término es más exacto para nuestros fines (‘id est’, países del continente americano que tienen al Español como lengua hablada por un número significativo de pobladores).

Por literatura hispanoamericana me refiero a los textos escritos originalmente en Español por autores nacidos en el continente Americano (aunque en ocasiones contemplaremos a los grandes escritores de España).

Cuando escriba América o su gentilicio siempre me estaré refiriendo al continente completo (o continentes, según a quién le preguntes), desde Alaska hasta el Cabo de Hornos.

Esta primera entrada va a servir de ‘mapa’ para el recorrido. Vamos a definir cada ‘época literaria’ en orden cronológico, además de un breve resumen de sus particularidades y autores más importantes.

Eventualmente cada ‘época’, ‘corriente’ o ‘movimiento’ tendrá su propio set de entradas, según vea adecuado. La idea es que al final tengamos una entrada para cada una de las obras fundamentales de cada periodo.

Seguiremos una estructura de ‘categorías’ que corresponden a periodos de tiempo relativamente extensos y las corrientes literarias que los componen.

Visto de manera gráfica será algo así:

Infografía de división arbritraria de la historia de la literatura hispanoamericana por periodos de tiempo. Antecedentes, Colonia, Literaturas nacionales, Modernismos, Literatura contemporánea, Literatura postmoderna.
Literatura hispanoamericana

Cada periodo de tiempo (definido arbitrariamente y sin demasiado rigor) será llamado ‘época literaria’. Y las épocas contienen de uno a ‘n’ ‘movimientos literarios’. Los ‘movimientos literarios’ contienen a su vez varios autores con sus obras respectivas. A veces un autor puede fluctuar entre ‘movimientos’ y ‘épocas’.

Mapa de entradas

A continuación está el índice de entradas del proyecto. Conforme las vaya armando voy a ir actualizando los enlaces.

Literatura hispanoamericana (esta entrada)

  • Antecedentes
    • Expresiones culturales prehispánicas
    • Afroeurasia
    • España
  • La colonia
    • Cartas y relaciones
    • Barroco
  • Literaturas nacionales
  • Modernismos
    • Modernismo
    • Pricipios del Avant-garde (Vanguardismo)
  • Literatura contemporánea
  • Literatura postmoderna

Brevísima historia de la literatura hispanoamericana

Ahora, vamos a ver desde ‘muy lejos’ a toda la literatura latinoamericana. Se entiende que habrá información más completa y detallada en la entrada correspondiente a los periodos/movimientos/obras. Pero para tener un panorama global de hacia dónde vamos tendremos esta breve relación de los hitos de la literatura hispanoamericana.

Antecedentes

Antes de ‘entrar en materia’ propiamente me parece adecuado considerar los antecedentes históricos y culturales que la influyen (nótese la conjugación en presente del verbo). Y que en ocasiones le dieron las características que la diferencian de otras literaturas.

En algún punto de la historia varia gente pobló el continente y dió origen a las únicas culturas realmente originales de América. Por originales quiero decir que se vieron libres de influencias externas. Distinto a lo que pasó en Afroeurasia. Donde desde la Roma imperial había cierta relación entre el oriente y el occidente (en realidad desde mucho antes si le haces caso a Heródoto, algunos teorizan que desde el calcolítico ya había intercambios intercontinentales :o).

Todo esto para establecer que las cosmogonías y formas de expresión artística de las naciones originarias americanas no fueron afectadas por poderes externos a la misma esfera cultural del continente.

Y aunque en la colonización europea del siglo XV se perdió mucho de esas culturas, su efecto en las naciones que surgieron después sigue presente.

Las mismas culturas europeas trajeron una gran cantidad de conocimientos y formas de pensar que habían surgido de intercambios análogos. En la península ibérica por ejemplo, la cultura española había heredado formas del lenguaje de los Romanos, sus instituciones y leyes. La presencia gótica llevó nuevos influjos culturales germánicos sin olvidar la raíz celtíbera de los antiguos pobladores.

Granada y otras ciudades de la actual España se convirtieron en las capitales culturales y científicas del mediterráneo durante la ocupación de los ‘moros’.

El árabe influyó notablemente en el desarrollo de la lengua y literatura del periodo.

Y es innegable el impacto de la llamada ‘tercera raíz’, la cultura de las personas originarias de África, en la América colonial.

Así, en cada país, en diferente medida y con sus propias particularidades, estas culturas contribuyeron a lo que hoy llamamos literatura hispanoamericana.

Codice prehispánico de Zouche-Nutall
Códice Zouche-Nuttall

Colonia

La conquista de las Américas trajo consigo el idioma y forma de hacer literatura que la tradición española llevaba puliendo durante siglos. El descubrimiento de este exótico nuevo mundo impulsó notables cambios en los motivos literarios del periodo.

Cronistas como Fray Bartolomé de las Casas y Pedro de Cieza, narran las conquistas y peculiaridades de la tierra que hoy llamamos hispanoamérica.

Con un ‘sabor’ a canto épico, estas relaciones y crónicas se convertían en las versiones modernas de las gestas antiguas de inclinación “nacional”. Análogas al ‘Poema del Mío Cid’ o el ‘Chanson de Roland’.

La mayoría de la producción literaria colonial fue escrita por autores nacidos en España (no es el caso de Garcilaso de la Vega). No obstante, se comenzaba a marcar cierta diferenciación entre las literaturas de América y las peninsulares.

Ya para el siglo XVII el barroco Español que surgió como respuesta al fallo del humanismo renacentista dominaba también la literatura hispanoamericana (¿virreinal?).

Sor Juana es la principal exponente novohispana del periodo, que con otros grandes autores dio lugar al llamado ‘Barroco de Indias’. Corriente que enfatizaba que ser americanos era uno de los rasgos distintivos de su propia identidad.

pintura de sor juana inés de la Cruz
Sor Juana Inés de la Cruz

Literaturas nacionales

La ocupación en España por Bonaparte y otro montón de factores, favorecieron las guerras de independencia en las colonias.

Literatura de la independencia

Resaltan las guerras de Simón Bolívar ‘el libertador’, que dieron lugar a las modernas Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.

No hay poeta más asociado a estas guerras que el ecuatoriano José Joaquín de Olmedo  que con su ‘Canto a Bolívar’ llevó a la independencia al nivel de una oda a la usanza de Virgilio. Con un fuerte estilo neoclásico de moda en la literatura española de aquél entonces.

Surgieron autores análogos en todo el continente como Andrés Bello en Venezuela y José María Heredia  en Cuba. Éste último se adhirió al romanticismo que tomaba fuerza en Europa como respuesta al neoclasicismo.

En Argentina Esteban Echeverría escribió ‘La cautiva’, que ignoró las ideas neoclásicas y en cambio llenó su obra de alusiones locales a la flora, la fauna y el terreno americanos. Además optó por usar una forma de verso más popular en contraposición a las métricas clásicas.

El costumbrismo

Expresar la realidad latinoamericana se convirtió en una de las principales preocupaciones de los escritores de prosa del período, lo que desembocó en una preferencia por el realismo. Con un fuerte énfasis en que las descripciones fueran lo más precisas y exhaustivas posible. Había surgido el costumbrismo.

Una derivación del realismo literario que tenía por objetivo el retratar las costumbres de la gente de la manera más fiel posible. Los costumbristas se enfocaron sobre todo en las personas marginalizadas de las ciudades y zonas rurales.

En México, José Joaquín Fernández de Lizardi publicó ‘El periquillo sarniento’ inspirándose en la novela picaresca española para satirizar a la ‘nueva’ sociedad mexicana. Manuel Payno e Ignacio Manuel Altamirano se dedicaban con profusión a la novela con fuertes tintes costumbristas.

Esteban Echeverría también escribió prosa. Su cuento ‘El matadero’ es considerado uno de los mejores del periodo. Tanto por su expresión costumbrista/realista como por su temática y dominio del contexto.

El también argentino Domingo Faustino Sarmiento escribió ‘Civilización y barbarie, vida de Juan Facundo Quiroga’, un relato de la fundación de una nueva sociedad, con sus aciertos y errores.

Mientras que el cubano Cirilo Villaverde y su ‘Cecilia Valdés’, exponían una fuerte crítica al pasado colonial y esclavista de su isla natal.

En general, los escritores de ese momento, influidos por el racionalismo europeo reclamaban libertad e igualdad para todos los americanos.

Ya desde Bello, que debido a sus labores diplomáticas vivió varios años en Europa, surgió la tendencia de los escritores y poetas latinoamericanos de hacer ‘juntadas’ literarias en el viejo continente, sobre todo en Francia.

Este sentimiento de formar parte de una cultura continental es evidente en los ensayos y poemas publicados desde mediados del siglo XIX, además de que en diversas publicaciones los editores admitían textos de autores de distintas nacionalidades.

Pintura de Esteban Echeverría
Esteban Echeverría

Los modernismos

Para entonces el romanticismo se había impuesto y el famoso ‘Martín Fierro’ del Argentino José Hernández habría de convertirse (según algunos críticos) en el mejor poema latinoamericano del siglo XIX, esto debido a que fue uno de los primeros trabajos que incorporaron con éxito los mitos locales de una nación americana.

Modernismo

Al mismo tiempo la literatura hispanoamericana producía su primer movimiento literario, el ‘Modernismo’.

Sus principales características son el refinamiento en el uso del lenguaje, pero a la vez cierta rebeldía respecto a los cánones tradicionales (en forma y temática) y un rechazo hacia la burguesía. Anticonformismo y renovación.

Buscaba contener el ‘fuego’ de las emociones desbocadas del romanticismo. De ahí saca su nombre, dominar la intensidad de las propias aflicciones usando la fuerza del lenguaje poético, del mismo modo que el hombre había ‘moldeado’ las fuerzas naturales con la ciencia y la tecnología.

También recibía la influencia de los avances en las ciencias sociales: sociología, criminología, antropología, entre otras.

Es de opinión general que el inicio del modernismo fue marcado por la publicación en 1888 de ‘Azul’, su escritor, el nicaragüense Rubén Darío, llegaría a ser considerado el más importante e influyente de los modernistas.

La prosa y el ensayo también se vieron envueltos en el modernismo, por ejemplo José Martí y su crítica hacia las élites y el creciente militarismo Cubano (y en general de toda latinoamérica), temores que se verían realizados en todo el siglo XX (¿alguien dijo dictadura militar?).

Para 1898 el movimiento ya había madurado y cobraba fuerza en toda hispanoamérica, ese año los U.S. vencían al otrora poderoso imperio español en la guerra de Cuba.

Mientras Darío y otros latinoamericanos aplaudían la liberación del yugo colonial de estos países, también mostraban preocupación por el nuevo poder imperialista que reclamaba todo el continente como su propiedad.

Y no sólo en términos políticos y militares. El mundo hispanohablante parecía desvalido ante el ‘expansionismo cultural’ estadounidense. En ‘A Roosvelt’, Darío llama a los U.S. “el invasor del futuro”, dato random, ya para ese entonces Estados Unidos había invadido a México repetidamente y Darío se consagró como un profeta (véanse todas las injerencias a soberanías latinoamericanas de EE.UU. en el siglo XX).

Fotografía de Rubén Darío
Rubén Darío

En 1900 José Enríque Rodó publicó ‘Ariel’, uno de los ensayos latinoamericanos más influyentes, en donde criticó al positivismo y pragmatismo capitalistas, actitudes encarnadas por los U.S. No le preocupaba demasiado el imperialismo norteamericano, no tanto al menos comparado con su tristeza al ver que la cultura estadounidense comenzaba a desplazar a la latinoamericana.

De nuevo se hicieron esfuerzos por manifestar la autenticidad y validez de los pueblos surgidos de la conquista, que no eran ni pobladores originarios ni invasores.

Inicios del Vanguardismo

Después de Darío nada volvería a ser igual y los poetas lo sabían, tendrían que buscar el modo de superar su influencia a fin de crear algo nuevo.

El mexicano Enrique Gonzáles, admirador de Darío, es muy conocido por su ‘asesinato del cisne’, símbolo predilecto del nicaraguense, muchos consideran esto el principio de fin del modernismo.

Leopoldo Lugones se consagró en Argentina como el más destacado de los modernistas, pero además de su poesía, su prosa rebosaba de excelencia, con Poe como una de sus principales influencias. Publicó ‘Las fuerzas Extrañas’ en 1906.

Su discípulo, el uruguayo Horacio Quiroga, se convirtió en el cuentista más influyente y consumado del periodo, publicó ‘Cuentos de amor de locura y de muerte’ en 1917.

Lugones empujó al ‘modernismo’ más hacia la dirección del ‘avant-garde’ europeo, también llamado vanguardismo ( ‘modernism’ en Inglés), movimiento de renovación cultural pero más enfocado al tratamiento de temas antaño tabú, así como de inovación en forma y técnica.

Julio Herrera y Reissig, en Montevideo, empujó esta barrera aún más y se le considera un precursor del dadaísmo y surrealismo por su uso de audaces y abundantes metáforas. Darío seguía activo cuando Herrera y Reissing escribía su obra, pero el movimiento que había creado lo había dejado atrás.

Cuatro poetisas que fluctuaron entre el modernismo y el avant-garde habrían de cerrar la brecha y pasar de página definitivamente: Gabriela Mistral, Delmira Agustini, Juana de Ibarbourou y Alfonsina Storni, apelando a un erotismo inusitado, a la visión de la mujer en el mundo, a la muerte y a temas análogos de marcada naturaleza vanguardista, lograron fama y aceptación (crítica también) en los círculos literarios occidentales (geográficamente).

Fotografía de Juana de Ibarbourou
Juana de Ibarbourou

Literatura contemporánea

El auge del Avant-garde (vanguardismo)

A principios del siglo XX, el avant-garde se consolidó de la mano de los ‘líderes’ del movimiento, Vicente Huidobro y Pablo Neruda, ambos chilenos.

Dato curioso, Pablo Neruda publicó ‘Veinte poemas de amor y una canción desesperada’ en 1923 y se convirtió en el libro de poesía en Español más vendido de la historia, hay quien lo pone al nivel de Darío como figura revolucionaria. Huidobro por su parte publicaba ‘Altazor’ en 1931, considerado uno de los mejores poemas de la centuria. 

Cerca de ese tiempo surgió en España ‘la generación del 27’. Un grupo de poetas de la talla de García Lorca y Dámaso Alonso (entre muchos otros). Que junto a otros autores latinoamericanos como César Vallejo, Jorge Luis Borges, Nicolás Guillén, Octavio Paz, Nicanor Parra y José Lezama Lima (y más), dieron lugar a una suerte de edad de oro para la poesía en Español.

Vallejo publicó ‘Trilce’ en 1922, el poemario latinoamericano del ‘avant-garde’ por excelencia. Guillén publicó ‘Motivos de son’ en 1930, con una poesía que ‘sonaba’ cubana. Paz publicó ‘El arco y la lira’ en 1956, un ambicioso ensayo sobre teoría poética.

Novelas de la tierra

Los novelistas por su parte buscaban lo mismo que los poetas del periodo, expresar la individualidad americana de sus respectivas naciones, esa tendencia culminó en las obras cumbre del regionalismo y lo que algunos llaman: ‘novelas de la tierra’.

Las más conocidas son: ‘Don Segundo Sombra’ de Ricardo Güiraldes, sobre el gaucho argentino. ‘La vorágine’ de José Eustasio Rivera, sobre la poderosa selva. Y ‘Doña Bárbara’ de Rómulo Gallegos, probablemente la novela más influyente de las tres, sobre la situación del llano venezolano y el enfrentamiento entre la barbarie y la civilización.

Una ‘rama’ notable de la ‘novela de la tierra’ es la generada durante la revolución mexicana, evento que tuvo efectos bien lejos del país en que sucedió. De nuevo estas novelas seguían los preceptos del realismo de principios de siglo, pero conservaban un toque de ‘épicas’ a la antigua usanza. La más famosa es ‘Los de abajo’ de Mariano Azuela.

Dos escritores innovaron el ya bien conocido procedimiento de escribir novelas en hispanoamérica (narrador en tercera persona omnisciente y burgués, prosa que busca pasar desapercibida y una trama que se sigue sin interrupciones directo hasta el final). Estos son: Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier.

Carpentier incorporó el cubismo y surrealismo en su novela ‘Écue-Yamba-Ó’, aunque no tuvo demasiado éxito. Cuando Carpentier era famoso la calificó de experimento fallido, aún así indicó el camino para incorporar la estética del ‘avant-garde’ a la novela latinoamericana.

Miguel Ángel Asturias por su parte escribió ‘El señor presidente’, tomando fuertes influencias del surrealismo. También publicó ‘Leyendas de Guatemala’, un volumen de relatos cortos tomados del folklore Maya y Guatemalteco, tan influyente como las colecciones de Quiroga.

Miguel Ángel Asturias

El boom

La prosa, hasta ese entonces, se había quedado atrás respecto a la poesía (con excepción del relato breve).

Durante el auge del modernismo y el ‘avant-garde’ no se produjeron obras análogas a los ya legendarios ‘Azul’, ‘Altazor’ y ‘Trilce’. A pesar de la existencia de un distinguido grupo de novelistas regionales. Hasta ese momento, la literatura hispanoamericana era considerada una de poetas.

El advenimiento de lo que sería conocido como ‘El Boom’ es importante porque puso a la prosa latinoamericana al mismo nivel de su poesía. Incorporando las técnicas narrativas del ‘avant-garde’. 

Aunque no apareció de manera espontánea (como la palabra sugiere). Algunos especialistas definen sus orígenes en los años treinta y su maduración durante los cincuenta, hasta su total explosión durante la década siguiente. La literatura latinoamericana aportó entonces por primera vez características originales a la novela moderna, aunque principalmente debido a su adopción tardía de prácticas comunes desde Faulkner, Proust y Kafka.

Las innovaciones de Asturias casi coincidieron con los ‘pioneros del Boom’ y que se consideran parte de él.

Jorge Luis Borges (‘Ficciones’, 1944), Alejo Carpentier (‘El reino de este mundo’, 1949), Juan Carlos Onetti (‘El astillero’, 1961), Augusto Roa Bastos (‘Yo el supremo’, 1974) y Juan Rulfo (‘Pedro Páramo’, 1955).

Poco después de que Borges ganara notoriedad, Julio Cortázar publicó ‘Rayuela’ (1963), libro que muchos consideran el detonante del ‘Boom’. Iniciaba la edad de oro de los novelistas latinoamericanos contemporáneos.

Con autores como Gabriel García Márquez (‘Cien años de soledad’, 1967), Carlos Fuentes (‘La muerte de Artemio Cruz’, 1962), Mario Vargas Llosa (‘La ciudad y los perros’, 1962), José Donoso (‘El obsceno pájaro de la noche’, 1970), José Lezama Lima (‘Paradiso’, 1966), Guillermo Cabrera Infante (‘Tres tristes tigres’, 1967), entre otros.

Cerca de esa línea temporal, la revolución cubana se había consumado. Muchos escritores se volvieron a unir al sentimiento de lucha por la libertad. Hemingway, Sartré, Carpentier, Neruda, García Márquez, Fuentes y Vargas Llosa visitaron o manifestaron su apoyo a Cuba. La Habana se convirtió en el epicentro de la literatura hispanoamericana.

Y el nuevo régimen no dejó pasar la oportunidad. Creó varias instituciones para canalizar ese ‘fervor intelectual’ por la causa. Ya desde tiempos de Darío eran comunes las revistas literarias, y casi cada gran autor fundó la suya en algún punto de su vida. Aún así, la revista establecida por el régimen, llamada ‘Casa de las Américas’, se convirtió en la que más estrellas publicó durante sus años de gloria.

El número 26 incluyó textos de Alejo Carpentier, Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti, Ernesto Sábato, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Juan Gystolo, Italo Calvino y Alain Robbe-Grillet.

Pero nada es para siempre.

Mientras el régimen de Castro se convertía en una dictadura comunista aliada a la Unión Soviética, el entusiasmo por sus iniciativas culturales comenzó a desvanecerse. Y como pasó con Stalin, empezaron las desapariciones. Muchos autores decidieron huir, otros tuvieron menos suerte y cayeron en prisión. Todo esto ocasionó que la comunidad literaria iberoamericana se escindiera.

García Márquez, Cortázar y Carpentier se mantuvieron leales al régimen. Otros como Neruda, Fuentes y Vargas Llosa se distanciaron.

Paralela a ‘Casa de las Américas’, el crítico Uruguayo Emir Rodríguez Monegal, publicaba desde París ‘Mundo Nuevo’. Revista que incluía colaboraciones de muchos de los autores de ‘Casa de las Américas’.

Y además de los ya consagrados escritores del boom, en ‘Mundo nuevo’ apareció una generación más jóven de autores fuertemente influidos por la ‘nueva novela’ del ‘boom’. Severo Sardui y Manuel Puig, los más insignes. Ambos murieron relativamente jóvenes, cortando de golpe la ‘herencia’ del boom para la siguiente generación.

Fotografía de Manuel Puig
Manuel Puig

El hoy y el futuro de la literatura hispanoamericana

El principio del ‘boom’ parece relativamente fácil de distinguir, caso contrario es el momento en que terminó.

A pesar de que la literatura hispanoamericana sigue activa y produce obras de gran calidad (inserte aquí los nombres de su autor vivo favorito). Los escritores de fama mundial como Darío, Mistral y Cortázar (por poner ejemplos) se han convertido en una rareza. Muchos consideran que la muerte de Paz en 1996 marcó el final de una era.

Ya desde los años ochenta varios grupos buscaban separarse del boom y del realismo mágico (marca distintiva de la mayoría de obras de ese ‘movimiento’).

Los más sólidos son ‘McOndo’ y la ‘Generación del Crack’, aunque de ningún grupo ha salido alguna obra que ejerza la misma influencia que las obras del ‘boom’.

Isabel Allende (‘La casa de los espíritus’, 1982) una de las supervivientes del ‘boom’, sigue activa y es muy apreciada en Europa, lo mismo que Mario Vargas Llosa que colabora con ‘Letras libres’, revista heredera de ‘Vuelta’ (fundada por Paz, en su momento la revista más prestigiosa de su nicho) y actualmente la más importante en literatura latinoamericana (aunque esa opinión no es generalizada).

Conclusión

No se puede predecir el futuro, pero sin duda tendrá cosas interesantes por leer.

Probablemente lo que sea que suceda irá de la mano de las nuevas tecnologías.

Tendencia que ya se puede vislumbrar con el surgimiento de los ‘instapoetas’ y toda la constelación de plataformas a la ‘wattpad’ que rondan por ahí.

Sin descontar el incierto futuro de la publicación de libros en formato físico. Dato random que desde mediados del siglo XX mucha gente asegura que el libro ‘está muerto’, pero hoy se escriben (e imprimen) más libros que nunca en la historia de la humanidad.

Así que no me sorprendería saber que en estos momentos, en algún lugar modesto y descuidado, un montón de degenerados (en el buen sentido de la palabra XD) está preparando un evento apoteosico de revelacion literaria que vuelva a romper todo.

Vaya momento para estar vivo.

meme, que momento para estar vivo

Fuentes

  • Echevarria, G. R. (2012). Modern Latin American Literature: A Very Short Introduction. Oxford University Press.
  • Lazo, R. (1999). Historia de la literatura hispanoamericana – El periodo colonial (3ra ed.). Porrúa.
  • Goic, C. (1991). Historia Y Critica De La Literatura Hispanoamericana (Paginas De Filologia). Editorial Critica (Grupo Editorial Grijalbo).

La lluvia de fuego

imagen destacada de la lluvia de fuego

La lluvia de fuego es un cuento escrito por Leopoldo Lugones. Forma parte del volumen ‘Las fuerzas extrañas’, publicado en 1906.

El relato aborda el conocido pasaje bíblico de la destrucción de Sodoma y Gomorra desde la perspectiva de un adinerado noble Sodomita. En esta entrada encontrarás un resumen y un breve análisis de ‘La lluvia de fuego’, además de algunos datos sobre el gran Leopoldo Lugones.

Brevísima introducción a Lugones y su contexto

En la Guía para leer a Horacio Quiroga mencionamos brevemente que don Leopoldo Lugones, amigo y mentor de Quiroga, es considerado el fundador de la literatura moderna en Argentina.

Lugones adoptó al modernismo al grado de convertirse en su principal representante en Argentina, que en ese momento fué grandemente influido por Edgar Poe.

Como mencionamos en la Guía para leer a Horacio Quiroga

La afinidad de Poe con Lugones sirve como puente entre los modernistas hispanoamericanos y la tradición literaria de Poe y su línea romántica/naturalista. Al mismo tiempo presagiaba los contenidos de la ficción Argentina y Uruguaya del siglo XX.

La Biblioteca de Belzoond

Posiblemente una de sus obras  más ‘poescas’ es su recopilación de cuentos ‘Las fuerzas extrañas’. De los cuales ‘La lluvia de fuego’ es uno de los mejores.

fotografía de leopoldo lugones
Fotografía de Leopoldo Lugones

Resumen de La lluvia de fuego [spoilers]

La calma antes de la tormenta

El relato comienza con el noble recordando el comienzo del día. Hermoso y lleno de algarabía. La ‘ciudad libertina’ se alzaba al lado un ‘lago’, y se mostraba llena de actividad.

El hombre ajeno a este ajetreo, se había cansado de los placeres de la carne hacía diez años. Desde entonces se había recluido en su palacio inmerso en sus libros, peces y banquetes.

Notó que las primeras ‘gotas’ habían caído al medio día, gránulos de cobre fundido que se disimulaban por su relativa escasez y por el brillo del sol. Un dejo de preocupación ocupó sus pensamientos.

Eso no le impidió bajar de su terraza a almorzar, allí, un criado leía narraciones geográficas mientras él comía, estaba ya empezando a dormir su siesta cuando una gota cayó en la espalda de un esclavo que no pudo reprimir su dolor.

Todos comenzaron a preocuparse un poco más. La lluvia aunque dispersa caía constante sobre la ciudad.

El hombre consideró escapar, a pesar de su reticencia a abandonar sus libros, sus peces y su jardín. Decidió que nada se perdía con armar el carro.

Entonces escuchó el repicar de las campanas que anunciaban que la lluvia había cesado.

Toda la ciudad comenzó a celebrar, el hombre relata lo que vió y pensó al respecto; ‘un equívoco mancebo’, un lenon, un ‘negro amabilisimo’, anuncios de ayuntamientos bestiales (if you know what I mean), en fin, una exhibición del libertinaje que le dió fama a la gran ciudad.

En la tarde, la fiesta seguía en las calles y dos amigos lo visitaron. Comieron, se emborracharon y se fueron, luego el hombre fue a dormir.

Representación artística de una ciudad antigua
Representación artística de una ciudad antigua

La lluvia en plenitud

Despertó bañado en sudor, la ciudad estaba sumida en un silencio absoluto, sólo interrumpido por el rumor de la lluvia.

Se asomó al jardín y vió como todos los árboles y vegetación estaban carbonizados, un olor entre ‘fosfatado y urinoso’ inundaba el aire.

Llamó a los criados sin respuesta. Luego, con una pesada bañera como protección, fue a los establos y no encontró a ningún caballo.

Fiel a su naturaleza, el hombre aceptó que “estaba perdido”.

Bajó a su bodega donde había mucho alimento, vino y un vial de veneno, «su muerte le pertenecía». Aceptando su destino y fortalecido por el alimento, pensó en ver un rato más el inusual espectáculo, subió a su terraza y aunque no pudo ver nada, escuchó cómo la lluvia había arreciado y todo se quemaba.

Su pájaros habían comenzado a morir de sed, así que bajó a su cisterna por un poco de agua, ésta había tomado un sabor «entre natrón y orina, con tendencia a salarse», cerró las trampillas que comunicaban a la cisterna con los canales exteriores para evitar que se colase más cobre en el agua.

El resto de la tarde y toda la noche aún, se escucharon los clamores de muerte de todos los pobladores.

y la población agonizó bárbaramente, con ayes y clamores de una amplitud, de un horror, de una variedad estupendos. Nada hay tan sublime como la voz humana.

El noble

El aire se llenó de la fetidez de los cuerpos chamuscados, la grasa y el pelo de las bestias y el humo de los incendios.

Los gritos no se detenían. El hombre bajó a su cisterna otra vez y ahora, envuelto en su fresca oscuridad, comenzó a llorar profusamente, lleno de un temor que creía imposible de sentir.

Pasó la noche dormitando, intercalando el sueño de sus pesadillas con momentos de vigilia aterradora.

La cisterna comenzó a llenarse de humo y el hombre prefirió morir afuera que asfixiado como una alimaña en su madriguera.

El fin de un mundo antiguo

La lluvia se había detenido por segunda vez, era de mañana y el cielo azul brillaba certificando “indiferencias eternas”.

Lleno de curiosidad, salió a la calle y encontró a la ciudad muerta para siempre, sin rastro de vida ni objetos combustibles.

Entonces vió a un hombre que se acercaba, era un piloto que después de apuñalar al dueño, se había refugiado en una cisterna de manera análoga al noble.

El marino relató cómo todas las naves se habían quemado y el lago se había vuelto amargo.

Hablaban en voz baja, el noble le ofreció refugio y comida al piloto. Suspendieron su conversación cuando vieron en el horizonte una nube de polvo que se acercaba. Tal vez una partida de auxilio enviada por “Adama o Seboim”. Eran más bien la fieras del desierto que chamuscadas y sedientas, se abrían paso hacia el lago llenas de furia.

El hombre vió como los ignoraban y rugían mirando al cielo, como llorando por el cataclismo, como preguntando “¿por qué?” a la “extraña divinidad” causante de toda esa destrucción.

Entonces la lluvia volvió a caer más gruesa y tupida que nunca. Los hombres se refugiaron rápidamente y mientras el marino abusaba de su alacena, el hombre usó las aguas de su cisterna para bañarse, un sentimiento de calma lo inundó y mientras estaba allí en el agua vió como las llamas se comenzaban a colar, “Llev[ó] el pomo a [sus] labios, y…”

Comentario de ‘La lluvia de fuego’

La prosa de Lugones ha pasado notablemente desapercibida a la crítica, probablemente encandilada por su poesía.

Aún así se considera a ‘Las fuerzas extrañas’, como un hito en la literatura Argentina y latinoamericana. Esto tanto por los temas tratados, como por la técnica empleada en su construcción.

De todos los relatos que componen el libro, ‘La lluvia de fuego’ me pareció el más notable por su efecto y ejecución.

Según Robert Scari, el cuento contiene una gran cantidad de matices entrelazados con gran habilidad.

Se abre con una cita de la sentencia contra Sodoma y Gomorra del Génesis. Si extrapolamos ese hecho con el título, ya sabemos de qué tratará.

Aspectos principales

El estilo de maese Lugones, que tiene un velado tono de ironía, le imprime originalidad. Y la estructura de los episodios que da cohesión al relato a la vez que un ritmo notablemente dinámico (sin descontar el desenlace), hacen a ‘la lluvia de fuego’ el cuento «más logrado de la compilación» en palabras de Scari.

Don Leopoldo nos ‘confunde’ con anacronismos intencionales como los petardos, las campanas, el tráfico y los carteles que salpican varias escenas.

Con el claro objetivo de llevarnos lo más lejos de Sodoma que se pueda, manifestando su deseo de que consideremos al cuento como un retrato de la naturaleza humana, más que el de un ‘sodomita’ retirado (lol).

Lugones toma algo que podría parecer una anécdota y lo convierte en algo mucho más profundo, algo que conmueve el ánimo del lector. Constituyendo a ‘La lluvia de fuego’ en un auténtico relato de horror psicológico (de ahí la línea ‘poesca’ de Don Leopoldo).

Uno de los factores principales para que sea de este modo, es la perspectiva que tenemos de la psicología del sodomita, que en primera persona, nos relata lo que ve, lo que siente, lo que escucha, huele y piensa.

La necedad de un hombre que al enfrentar la muerte, solo se ocupa de su jardín, libros y animales. Que incluso en sus últimos momentos de vida busca un jabón para darse un último baño, es muestra de esto.

R. Scari escribió que el relato apela a la soledad de la humanidad frente a fuerzas que no comprende o controla. La cuestión ineludible de la muerte y de nuestra soledad al enfrentarla es cristalizada en este individuo. Lugones lo retrata con cuidado y atención, resaltando rasgos comunes a todos nosotros, lo que permite sentir con mayor potencia el dramático final de toda la humanidad.

Spoiler: Al final todos ustedes se mueren (meme)

Conclusión

Grata fue mi sorpresa al enterarme que una de las obras  más importantes de maese Lugones, era un volumen de cuentos intitulado ‘Las fuerzas extrañas’.

Y considerando sus momentos ‘poescos’, sus imponentes credenciales y el aura de respeto que inspiraba aún rodeado del brillante «chisperío intelectual» del río de la plata, no costó mucho trabajo convencerme de que tenía que leerlo.

De toda la compilación, ‘La lluvia de fuego’ me pareció el relato más memorable. Sin saber explicar por qué. Su efecto fue notable, y gracias al análisis de Scari puedo comprender un poco mejor el motivo de esa fuerza.

Contribuyeron a esto el tono cientificista de algunas de sus descripciones (e.g. los ‘olores fosfatados’ de la ciudad en llamas), la ‘explicación’ del origen del mar muerto (“el lago se volvió amargo” y la salazón de la cisterna), la sugerencia de que la civilización sodomita había alcanzado un gran nivel de sofisticación social y tecnológica (el carro, monumentos, los petardos, el tráfico), y la exteriorización de la soledad del hombre ante la muerte (los pensamientos del noble).

En resumen, estamos tratando a uno de los mejores cuentos del período, creo que no exagero si lo considero de lectura OBLIGATORIA (lol), sin duda al nivel de los que componen la compilación de Seymour Menton.

Fotografía del Mar Muerto
Fotografía del Mar Muerto

Fuentes

Guía para leer a Horacio Quiroga

imagen destacada de guía para leer a horacio quiroga

Considerando que tenemos ya varias reseñas dedicadas a don Horacio Quiroga, pareció apropiado escribirle un modesto ensayo que también sirva como guía de lectura.

Vamos a considerar el Uruguay de principios del siglo XX, las corrientes literarias que influyeron a Quiroga, su obra y su legado.

La Suiza de América (contexto geopolítico)

El territorio que ocupa Uruguay era habitado por un conglomerado de naciones hoy conocidas como ‘Charrúas’.

Fue objeto de discusión entre Portugal y España durante la época colonial, entonces formaba parte del Virreinato del Perú, y luego del Virreinato del Río de la Plata.

Después de varios años de conflicto por fin se establecieron los límites actuales entre Brasil y el Virreinato del Río de la Plata.

Así, luego de La revolución de Mayo se estableció el actual Uruguay.

Después de un periodo de inestabilidad, para finales del siglo XIX el país había completado su organización y alcanzó altos niveles de bienestar. Debido a esto, Uruguay comenzó a ser conocido como “La Suiza de América”.

De este breve comentario sobre la historia del Uruguay encontramos que su destino estuvo siempre ligado al de Argentina.

Este mismo sentimiento de hermandad también aplica a la literatura como veremos en las siguientes secciones.

Mapa de Uruguay
Mapa de Uruguay

Contexto literario

Brevísima historia de la literatura en el Río de la Plata

La historia de la literatura en esa parte del mundo es objeto de estudios notables que exceden los alcances de la entrada. Pero podemos decir que el siglo de oro y toda la literatura de España tuvo una influencia notable en los escritores americanos.

Cuando las naciones modernas se formaron en el siglo XIX, también se hicieron esfuerzos por diferenciar la nueva cultura nacional de la española.

Apareció la novela costumbrista en sus avatares latinoamericanos: la novela de la pampa, de la sierra, de la selva, las épicas nacionales, la poesía inspirada en el terreno agreste de las Américas.

Surgieron también las ‘novelas de la tierra’, en las que los autores buscaban reforzar su nueva identidad cultural estudiando el folklore, las peculiaridades lingüísticas, creencias y mitos de sus territorios.

Al mismo tiempo grandes maestros publicaban sus obras cumbre en Europa, creando movimientos como el Romanticismo, el Realismo y el Naturalismo.

En este contexto, Edgar Allan Poe publicó su obra. Que probablemente llegó al mundo hispanoamericano a finales de la década de los 1860 a partir de las traducciones de Charles Baudelaire o ediciones en Inglés que lograron cruzar los ocho mil kilómetros que separan a Boston de Argentina y Uruguay.

fotografía de Edgar Allan Poe
Fotografía de Edgar Allan Poe

Leopoldo Lugones, fundador de la literatura moderna en el sur

A finales del siglo XIX y principios del XX el movimiento Modernista estaba en su apogeo. Liderado por Rubén Darío, llegó hasta las vecindades del Río de la Plata, área en la que los modernistas adoptaron a Poe como su ‘Poeta-Profeta’.

John Englekirk asegura que la mayoría de ellos fueron influidos directa o indirectamente por Poe, con una predilección por su poesía.

En Argentina, el más notable de los modernistas fue Leopoldo Lugones. En su poesía, narrativa y ensayística se encuentra una fuerte línea ‘Poesca’ (jaja, que mala palabra).

Publicó ‘Las fuerzas extrañas’ en 1906. Una colección de cuentos en la que no es que repita los personajes, entorno y tramas de Poe, mas bien busca generar efectos de horror y desagrado similares, evocando los matices pseudocientíficos y las descripciones rigurosas de Poe.

La afinidad de Poe con Lugones sirve como puente entre los modernistas hispanoamericanos y la tradición literaria de Poe y su línea romántica/naturalista. Al mismo tiempo presagiaba los contenidos de la ficción Argentina y Uruguaya que tendrían lugar durante el siglo XX.

Parte esencial de esta oleada de escritores modernistas del nuevo siglo es el discípulo y amigo de Lugones, Horacio Quiroga.

fotografía de Leopoldo Lugones
Fotografía de Leopoldo Lugones

Vida y obra de Horacio Quiroga (microbiografía)

Primeros años

Nacido en Salto, Uruguay en 1878, hizo sus estudios en Montevideo, mostrando interés por la literatura desde muy joven.

Fundó varios grupos literarios de gran popularidad entre los intelectuales de la ciudad.

En 1901 logró publicar ‘Los arrecifes de coral’, libro de poemas, cuentos y prosa lírica, con dedicatoria a Lugones.

Poco después un amigo suyo llamado Federico Ferrando iba a batirse con un periodista que le había hecho malas críticas. Quiroga se ofreció para inspeccionar el arma, se le escapó un tiro por accidente que alcanzó a Ferrando y lo mató.

Esto lo llevó a disolver su grupo, y fue a vivir a la Argentina con una de sus hermanas, allí habría de madurar como escritor y dedicarse a la docencia con ayuda de su cuñado.

Madurez literaria

En Argentina trabó amistad con el admirado Leopoldo Lugones y lo acompañaría a una expedición a la provincia de Misiones como fotógrafo, dicho sea de paso una afición en la que era especialmente hábil.

Se enamoró de la selva y a su regreso se dedicó al cuento con pasión. Publicando en 1904 ‘El crimen de otro’, su primer libro de relatos, con fuertes influencias de Poe y Lugones. Recibió buenas críticas.

En 1906 decidió volver a la selva y compró una Chacra en Misiones. En 1908 ya estaba listo para mudarse, enamorado de una de sus alumnas (lol) logró casarse con ella, llevándola a su nueva aventura.

Allí daba clases, era Juez de Paz y criaba a sus hijos con severidad, entrenandolos para la vida agreste de la selva.

Su mujer se suicidó en 1915 comiendo un sublimado de químicos usados en la fotografía.  Poco después regresó a Buenos Aires y con ayuda de algunos amigos comenzó a trabajar en el consulado Uruguayo. En ese periodo publicó ‘Cuentos de amor de locura y de muerte’ (1917), ‘Cuentos de la selva’ (1918) y ‘El salvaje’ (1919).

Ya con fama y menos problemas económicos se volvió a casar con una compañera de curso de su hija en 1927, mientras trabajaba en multitud de revistas y sociedades literarias de Argentina y Uruguay.

En 1932 regresó a Misiones por última vez con su esposa, pero el gobierno Uruguayo lo despidió. Gracias a la intervención de Enrique Amorim y otros amigos, obtuvo una pensión del gobierno Argentino. Su vida familiar era bastante mala, llena de conflictos y discusiones. En esta época de frustración publicó ‘Más allá’ (1935), en un esfuerzo por explorar nuevos estilos.

fotografía de las cataratas de Iguazú
Cataratas de Iguazú en Misiones

Últimos años

Pocos años después Quiroga comenzó a sentirse muy mal, al empeorar su salud su esposa logró convencerlo para salir de la selva y visitar a un médico, a pesar de esto, lo abandonaría definitivamente algún tiempo después.

Cuando su estado se volvió intolerable, Horacio fue a Buenos Aires, donde se descubrió que tenía un avanzado cáncer de próstata.

El 18 de febrero de 1937 los médicos lo enteraron de su estado terminal. Al ser internado,  se había enterado de que en los sótanos se encontraba encerrado un desventurado paciente con espantosas deformidades. 

Compadecido, Quiroga exigió y logró que el paciente —llamado Vicente Batistessa— fuera libertado y se le alojara en la misma habitación. Batistessa se hizo su amigo y rindió adoración eterna al escritor.

Horacio le confesó que se adelantaría al cáncer y abreviaría su dolor (como vió a su padrastro hacerlo cuando era un adolescente), Batistessa se comprometió a ayudarle. En la  madrugada siguiente (19 de febrero), tomó un vaso lleno de cianuro frente a su amigo, muriendo pocos minutos después.

Horacio Quiroga junto a su segunda esposa
Horacio Quiroga junto a su segunda esposa

El Edgar Poe de Latinoamérica (comentarios de su obra)

Lugones había sentado las bases de la literatura moderna en Argentina (el 13 de junio es el día del escritor, en homenaje a su natalicio). Quiroga siguió sus pasos, influyendo grandemente en muchos escritores que le sucedieron.

Varios críticos han señalado la relación alumno-maestro entre Quiroga y Poe, cosa que le agradaba. Sus amigos y biógrafos coinciden en que nunca ocultaba su admiración por Poe, Ezequiel Martinez decía que incluso al final de su vida “aún recordaba casi literalmente todos los cuentos de Poe, uno de sus ídolos”.

Esa relación se manifiesta en todos los escritos serios sobre Quiroga, de tal forma que incluso más que Lugones o cualquier otro escritor de su tiempo, solo a él se le otorga el manto de “el Edgar Poe de Latinoamérica”.

Esto pudiera malinterpretarse y sugerir que Quiroga solo era un imitador, pero con leer su obra, dicha idea se demuestra totalmente equivocada.

Reescribiendo a Poe: La venganza

De todos los paralelos entre Poe y Quiroga, la venganza es el mejor ejemplo de cómo el uruguayo trató los mismos motivos y les dió un toque propio.

Quiroga se mostró especialmente interesado en ‘El barril de amontillado’ (‘The Cask of Amontillado’) y repite la premisa en ‘El crimen del otro’, ‘La lengua’ y ‘Una bofetada’.

En el primero es prácticamente una parodia pues los personajes y la trama se repiten de manera simplificada, pero en los últimos logra replicar el motivo sin copiar a su antecesor.

De manera parecida, en ‘Un mono que asesinó’, Quiroga combina varios temas ‘Poescos’, la venganza de ‘The Cask of Amontillado’, la psicosis de ‘Ligeia’ y ‘Metzengerstein’ y el comportamiento homicida y brutal de un animal que hay en ‘The Murders in the Rue Morgue’.

En dicho relato el alma de un antiguo Brahman se venga de un descendiente del aldeano que lo asesinó, tomando posesión del cuerpo del argentino Guillermo Boox, y encierra el alma de este en el cuerpo de un simio.

La venganza está presente también en ‘La gallina degollada’, un relato en que unos hermanos descritos como ‘idiotas’ asesinan a su hermana luego de ver a la cocinera degollar a una gallina, sugiriendo que el maltrato del que eran objeto tal vez fuera uno de los motivos de su comportamiento animal.

La crítica coincide en que a pesar de su dependencia de Poe, Quiroga es mucho más que un imitador.

barriles de amontillado
Barriles de Amontillado

De amor de locura y de muerte

Quiroga le imprimió un toque único a sus relatos, influido por su entorno, particularmente la selva misionera.

Su compilación ‘Cuentos de la selva’ es el primer ejemplo de esto, lo mismo que en multitud de relatos diversos como ‘El hombre muerto’, ‘Una bofetada’ y ‘La miel silvestre’. Explora la muerte desde diversos ángulos pero que tienen como contexto vital a la selva.

Un hombre que se resbala y muere al limpiar su chacra, un trabajador que mata en medio de la selva a un capataz que lo maltrataba y un citadino que muere al probar miel narcótica de un panal (lol), nada de esto aparece en los cuentos de Poe.

También se hace evidente su pertinaz obsesión por la muerte y la locura en relatos como ‘La meningitis y su sombra’ que a pesar de ser uno de sus relatos más felices tiene connotaciones sombrías que amenazan la salud mental de los protagonistas.

El amor también es recurrente en sus historias, con fuertes paralelos Poescos, ‘La meningitis y su sombra’ tiene como principal conflicto el amor no correspondido de Durán por María Elvira Funes, al igual que en una de sus contadas novelas: ‘Pasado amor’, en la que Morán (interesante) vuelve a su yerbatal y se enamora de la hija de una familia adinerada, ella le corresponde y accede a huir con él, pero al final desiste por las presiones de su familia y deja plantado a nuestro héroe que acepta que no todas las batallas se pueden ganar.

Estos tres temas dan nombre a su más famosa compilación: ‘Cuentos de amor de locura y de muerte’ que por declaración expresa de Quiroga no llevan comas. Esto tiene sentido al pensar que cada relato contiene a los tres factores en mayor o menor medida.

Los personajes de Quiroga (y lo que nos dicen de él)

Las historias de Horacio Quiroga se distinguen por tener a la naturaleza como adversario del hombre y un fatalismo constante.

Alfred Coester escribió que “la naturaleza es el personaje principal en sus historias, es ella quien derrota a hombres y bestias en su lucha por sobrevivir”. Henríquez Ureña dijo que “sus poderosos y horripilantes cuentos presentan con frecuencia al hombre derrotado por la selva o el desierto” y Seymour Menton anotó que sus relatos “en gran parte, presentan la derrota del hombre ante la barbarie de la naturaleza”

Esto pudiera sugerir que Quiroga buscaba reconocer el poder de la naturaleza, también cabe la posibilidad de que la usara como motor para el desarrollo de sus personajes.

La última opción nos mueve a un punto de vista normalmente ignorado: Quiroga usa el poderío de la naturaleza para mostrar sus pensamientos sobre la naturaleza humana.

En varios relatos como ‘A la deriva’ y ‘El hombre muerto’, se presenta al personaje en una situación de muerte en la que depende de sí mismo y nadie más, a pesar de lo imposible de sus situaciones, si se resiste heroicamente a su destino tendrá la oportunidad de alcanzar su objetivo. El personaje debe actuar con valor, propósito y disciplina.

Conforme pasó el tiempo y mejoraba como escritor, Quiroga comprendía cada vez mejor una de las herramientas principales para crear personajes efectivos: la empatía.

Rodríguez Monegal menciona que Quiroga a veces mostraba cierta compasión por sus personajes, compasión que tal vez nacía de su propia personalidad.

De pie Horacio Quiroga, Samuel Glusberg, Leopoldo Lugones y Arturo Cancela; sentados Baldomero Ferández Moreno, Alberto Gerchunoff y Roberto F. Giusti.

Guías para el perfecto cuentista

Entre 1925 y 1927, Horacio publicó tres guías para escritores noveles. En dos de ellas incluye algunas técnicas de Poe.

‘El manual del perfecto cuentista’, define que conocer el final de la historia antes de siquiera escribir la primera palabra es vital, este principio se puede extraer de ‘The Philosophy of Composition’.

El ‘Decálogo del perfecto cuentista’ comparte diez consejos breves, el primero es “Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en dios mismo”

Por último en 1928 publicó un artículo en el que defendía el relato breve mediante la inmediatez de su efecto, debido a la brevedad y claridad del género, como citando los pensamientos de Poe en ‘The Philosophy of Composition’.

El hombre

Según sus críticos y biógrafos, Quiroga fue un rebelde desde sus años mozos.

Pedro Orgambide escribió que era agresivo e intratable cuando estudiante, lo que le granjeaba la aversión de sus compañeros y maestros. Creía que su acercamiento prematuro con la muerte tuvo como resultado un conflicto con la realidad, tal vez era la causa de su naturaleza hirsuta.

Emir Rodríguez Monegal registra una anécdota.

Un periodista, entusiasta de Horacio Quiroga, estaba ansioso por conocerlo y se hallaba cerca de su hogar, cuando lo abordó el escritor estaba trabajando en su jardín, “¡¿Que quiere?!” dijo Quiroga con no demasiada delicadeza. el periodista respondió: “Quería verlo”. “Bueno, ya me ve”, dijo con voz fuerte el escritor. “Eso fue todo”.

El gran Leopoldo Lugones dijo que en las fiestas que organizaba, Quiroga “permanecía mudo las más de las veces, sin dejar, por eso de hacer los debidos homenajes al brillante chisperio intelectual y a las tortas, no menos excelentes de madama Lugones”.

A pesar de su reputación de solitario intratable, Quiroga valoraba sus amistades con notable intensidad. Se conservan varias de sus cartas en las que manifiesta su cariño por sus amigos y la gran tristeza que lo embargaba con la pérdida de alguno de ellos.

En 1936 le escribió a su amigo Asdrúbal Delgado: “No dejes de escribirme de vez en cuando, pues si en próspero estado los pocos amigos a la caída de la vida son indispensables, en mala salud forman parte de la propia misma vida”

Horacio Quiroga en 1900
Horacio Quiroga en 1900

El legado

En resumen, Horacio Quiroga era un hombre complicado, capaz de una sensibilidad notable que le permitió escribir historias que encienden los corazones de sus lectores, al mismo tiempo era un hombre de difícil acceso, de palabras directas, pesimista y un ingenuo soñador.

Englekirk describe a Horacio Quiroga como el más prominente escritor en su región durante los primeros años de los treinta. Al día de hoy es considerado el más consumado maestro del relato corto en el Río de la Plata y uno de los más grandes en la literatura hispanoamericana.

Muchos de los escritores que le sucedieron crecieron con su influencia, gracias a él leyeron a Lugones, a Poe y a la pléyade de modernistas de su tiempo.

Algunos de ellos se convirtieron en los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX, Borges y Cortázar en el Río de la Plata, precursores del más grande movimiento de la literatura hispanoamericana moderna, ‘el boom’.

En conclusión, seguimos leyendo a Quiroga a más de cien años de su primera publicación. Y de una u otra manera lo seguiremos haciendo por muchos siglos más.

Casa de Horacio Quiroga en Misiones
Casa de Horacio Quiroga (hoy un museo) en Misiones

Fuentes

  • Flores, A. (1955). Magical Realism in Spanish American Fiction. Hispania, 38(2), 187-192. doi:10.2307/335812
  • Giwen, K. (1989) The Limits of Modernismo: Delmira Agustini and Julio Herrera y Reissig, Romance Quarterly, 36:3, 307-314, doi: 10.1080/08831157.1989.9932634
  • Orgambide, P. (1954). Horacio Quiroga, el hombre y su obra. Editorial Stilcograf.
  • Param, C. (1972). Horacio Quiroga and His Exceptional Protagonists. Hispania, 55(3), 428-435. doi:10.2307/339305
  • Phillips, P. E. (2018). Poe and Place (Geocriticism and Spatial Literary Studies) (1st ed. 2018 ed.). Palgrave Macmillan.
  • Rodríguez Monegal, E. (1967). Genio y figura de Horacio Quiroga. Editorial Universitaria de Buenos Aires.
  • Rodríguez Monegal, E. (1961). Las raíces de Horacio Quiroga. Editorial Alfa.

La galina degollada

imagen destacada de resumen de la gallina degollada

La gallina degollada es un relato corto publicado por Horacio Quiroga en 1917. Es el sexto de sus Cuentos de amor de locura y de muerte. En donde un grupo de niños realiza un acto horroroso a su hermana.

Hay una versión en vídeo de esta entrada (lol), la puedes ver acá si te da flojera leer :).

Recordando a don Horacio Quiroga

Ya habíamos tratado la biografía del ‘Edgar Poe de latinoamérica’ en la reseña de ‘La meningitis y su sombra’. En resumen que la pasó mal, rodeado de muerte, locura, y la selva de misiones.

También hemos discutido brevemente su contexto literario en las reseñas de ‘El almohadón de plumas‘ y ‘El hombre muerto‘. Emparentado siempre con el realismo y naturalismo latinoamericano.

Estoy pensando en armar una entrada para él concretando todo y así no tener que repetir todo esto a cada cuento suyo que analicemos lol.

fotografía de Horacio Quiroga
Don Horacio Quiroga

Resumen de ‘La gallina degollada’ [spoilers]

La historia comienza con la presentación de cuatro niños ‘idiotas’ que no hacían más que mirar al horizonte.

Le habían nacido al matrimonio del señor Mazzini y Berta Ferraz, hermosos y saludables, cada uno enfermaba y terminaba en ese estado. El mayor tenía doce años y el menor ocho.

Los padres intentaban tener un hijo saludable y se culpaban secretamente del destino de las criaturas. Peleaban y se reconciliaban, esperando que el siguiente hijo estuviera libre de su penosa enfermedad.

Así pasaron varios años hasta que nació Bertita, una niña completamente saludable que a los dos años seguía tan sana como siempre, ahora todo era felicidad.

Berta tomó todo el episodio como una terrible pesadilla y relegó a sus hijos al olvido.

Vivían como animales, malamente vestidos y alimentados, se mostraban indolentes y aletargados la mayor parte del día sentados en un banco.

Cuando el sol comenzaba a ocultarse tenían fiesta, la luz roja del crepúsculo llamaba poderosamente su atención, sus ojos se animaban y reían estrepitosamente, mirando con una alegría primigenia.

Un día el matrimonio por fin se dijo cosas hirientes. Mazzini culpando a su esposa por su ‘pulmón picado’ y ella atribuyendo al alcoholismo y locura de su suegro el haberla hecho madre de los cuatro engendros.

—¡Víbora tísica! ¡eso es lo que te dije, lo que te quiero decir! ¡Pregúntale, pregúntale al médico quién tiene la mayor culpa de la meningitis de tus hijos: mi padre o tu pulmón picado, víbora!

Mazzini (lol)

Esa noche Bertita se mostró enferma, rápidamente se reconciliaron y vieron aliviados que mejoraba notablemente sin mayor sobresalto.

Al día siguiente Berta ordenó a la sirvienta matar una gallina pues no tenían tiempo de ir al mercado, la mejor forma de hacerlo según su madre era cortarle el cuello y desangrar al animal. Los niños vieron estupefactos toda la operación, ¡lo rojo!.

La sirvienta estaba notablemente incómoda por la visión de los cuatro niños que la observaban. Así que con la autorización de la señora los expulsó brutalmente de la cocina.

Después de almorzar, salieron todos. La sirvienta fue a Buenos Aires, y el matrimonio con Bertita a pasear por las quintas, al regreso se cruzaron con una vecina y empezaron a conversar.

La niña, consentida e impaciente decidió ir a la casa por su cuenta.

Allí estaban sus hermanos. Se acercaba la puesta de sol y su visión se vió interrumpida por la niña, que también quería ver e intentaba subir la cerca. De repente fué arrebatada por ocho brazos que, cual gallina al matadero la llevaron a rastras a la cocina.

No pudo gritar más. Uno de ellos le apretó el cuello, apartando los bucles como si fueran plumas, y los otros la arrastraron de una sola pierna hasta la cocina, donde esa mañana se había desangrado a la gallina, bien sujeta, arrancándole la vida segundo por segundo.

Narrador

Mazzini creyó haber oído a la niña así que apresuró la despedida y al ver que la niña no respondía entró a la casa con visible pánico.

Se encontró con un charco de sangre que surgía de la cocina, su esposa iba entrado, alcanzó a ver la sangre y solo pudo abrazarlo soltando un terrible suspiro.

La familia Mazzinni Ferraz del cuento 'La gallina degollada'
La familia Mazzini-Ferraz

Patrones y estructura (análisis de ‘La gallina degollada’) [spoilers]

Si ‘La meningitis y sombra’ es el amor y ‘El almohadón de plumas’ es la muerte, yo diría que ‘La gallina degollada’ es la locura dentro de los famosísimos Cuentos de amor de locura y de muerte de Horacio Quiroga.

Ya con estos tres relatos podemos encontrar patrones en la estructura de sus narraciones.

Los patrones

Primero se presenta una situación relacionada con el amor. Durán se enamora de María Elvira. Jordán y Alicia están de luna de miel. Y Mazzini y Berta se aman y realizando ese amor tienen a un hermoso bebé.

Este amor nos lleva a la esperanza de que tendremos un relato feliz, pero nada es más aburrido que una historia sin conflicto.

Por eso la situación se complica debido a algún hecho insólito o inexplicable. La meningitis de María Elvira que se va después de prometer amor eterno a Durán. Alicia que cae enferma justo después de aclarar las cosas con Jordán.

Y en el cuento que nos ocupa, el pequeño Mazzini enferma y queda ‘idiota’. Una forma ‘aceptable’ de referirse a una persona con algún desorden mental a principios del siglo pasado, aunque hoy día suena bastante mal.

Ahora, el horror se presenta de maneras diferentes en los tres relatos, con Durán no pasa de querer morir por que María Elvira no lo quiere. Jordán descubre al homúnculo sanguinolento que mató a Alicia (iuuu). Y Mazzini se encuentra con el cadáver de Bertita.

Es digno de mención que en el último caso, Quiroga no transmite el horror con una descripción escatológica de un cadáver degollado con salvajismo. 

Lo hace de manera gradual, estableciendo una asociación entre la gallina y la niña que se infiere fué ejecutada de manera análoga. Usando frases como: “Uno de ellos le apretó el cuello, apartando los bucles como si fueran plumas” (uffff, eso está siniestro aún para nuestros días, don Horacio era un genio).

Dibujo hecho por un paciente con esquizofrenia
Dibujo hecho por un paciente con esquizofrenia

El legado del cuento ‘La gallina degollada’

Aunque el fatalismo impera en la mayoría de las historias de Quiroga, algunos críticos consideran que no se le debe considerar un escritor naturalista.

Esto porque en su obra siempre emerge la diversidad humana, desde sus aspectos más enfermos y abyectos hasta los más heroicos y desinteresados.

En la mayoría de su trabajo el conflicto entre el individuo y su destino contiene el mismo valor que el desenlace.

Según George Schade una de las mayores contribuciones de Horacio Quiroga a las letras latinoamericanas tiene relación con las lecciones que extrajo del modernismo.

A pesar de haber rechazado sus temas y características al principio de su carrera, la estética modernista y su atención a la presentación formal del texto son una de sus mayores preocupaciones.

En este sentido encontramos reminiscencias de Poe, que presenta con higiene situaciones parecidas, por ejemplo en ‘Los crímenes en la calle de la morgue’.

La presentación cuidada y formal se constituye uno de los rasgos más distintivos a lo largo de toda su obra.

Conclusión

Podría considerarse que ‘La gallina degollada’ es uno de los relatos menos fantásticos de su enorme producción cuentística.

Si le preguntamos a Todorov, el hecho insólito es explicable por la ciencia médica y psicológica.

Eestoy vacilando entre la repentina enfermedad de los niños y la muerte de Bertita causada por una asociación con el rojo, y la puesta del sol.

Luego entonces, hablamos de un relato extraño.

Su efecto es particularmente perturbador. Nada mal para un relato de más de cien años. Aunque si no lo habías leído creo que los spoilers ya te lo quitaron para siempre :c.

Fuentes

  • Brody, R. (1977). Latin American Literary Review, 6(11), 107-109. Retrieved July 13, 2020, from www.jstor.org/stable/20119111.
  • Marta Morello-Frosch (1964) Realidad Y Fantasía en la Narrativa de Horacio Quiroga, Kentucky Foreign Language Quarterly, 11:4, 209-217.

El hombre muerto

imagen destacada de el hombre muerto, cascada de iguazú

El hombre muerto es un cuento escrito por Horacio Quiroga publicado en 1917 en los Cuentos de amor de locura y de muerte. Trata sobre los últimos minutos en la vida de un hombre que resbaló al cruzar un alambrado y se clavó su machete en el vientre por accidente.

Armé un vídeo con los mismos contenidos de la entrada (por si no tienes ganas de leer lol), lo puedes ver aquí.

Contexto literario de ‘El hombre muerto’

Cuando el romanticismo estaba muriendo ya llevaba un declive que se extendió por que en las tierras latinoamericanas tuvo aceptación. Aquí coexistió con otras corrientes literarias dando lugar a amalgamas que no se encuentran en ningún otro lugar.

El realismo es la antítesis del romanticismo, buscaba retratar la realidad de la manera más objetiva posible en oposición al heroísmo y perfección de los protagonistas románticos.

Adquirió matices únicos en latinoamerica siendo influenciado por la situación geopolítica, el clima, la orografía y la cultura heredada de los antiguos pobladores de estas tierras.

Don Horacio Quiroga amaba a la provincia Argentina de Misiones. La conoció en 1903 cuando participó en una expedición de Leopoldo Lugones amigo y mentor, como fotógrafo.

En 1906 compró una chacra a orillas del Alto Paraná en sociedad con un amigo, y comenzó a hacer los preparativos para vivir allí, mientras enseñaba Castellano y Literatura.

Se casó con una de sus alumnas (oie que?) y la llevó a su chacra, tuvieron dos bebés y varios años después ella se suicidó (oh raios).

Quiroga sabía de la vida en la selva, la colonización de las tierras vírgenes y lo que implicaba, la lucha del hombre contra los elementos y la naturaleza.

Conocimientos empleados en muchos de sus textos, incluido ‘El hombre muerto’.

Cascadas de Iguazí en la frontera de la selva Misionera, en donde sucede el relato 'El hombre muerto'
Cascadas de Iguazú en la frontera de la selva Misionera

Resumen de ‘El hombre muerto’ [spoilers]

El relato es breve.

Un hombre se ha herido de muerte mientras volvía a su casa, yace tendido en el alambrado que intentaba cruzar y empieza a reflexionar en su familia, el monte que era virgen cuando llegó y que transformó en su hogar.

Piensa en la dirección de los poblados cercanos, los vecinos que pasan a lo lejos, su esposa y sus dos hijos.

El hombre va a morir y lo sabe, su caballo se aleja tranquilamente al oír a su familia acercarse, cuando pasa a su lado, el hombre ha muerto.

La muerte en la obra de Horacio Quiroga [spoilers]

La muerte es un tema frecuente en la mayoría de los cuentos de Don Horacio que se desarrollan en Misiones, en los que aparece como algo bastante común.

Para nosotros, acostumbrados a una vida urbana, la muerte atroz de la mayoria de sus personajes escapa de lo normal, pero si te imaginas en medio de la selva de Misiones, prácticamente aislada de la civilización, adquiere una cualidad auténtica que cabe en lo natural.

Con depredadores al acecho, flora venenosa y un clima extremo.

Se percibe que veía a la naturaleza como una fuerza dadora de vida pero también despiadada a la hora de reclamarla.

Morir en la selva

En contraste con otros de sus relatos como ‘La gallina degollada’ y ‘La meningitis y su sombra‘, la muerte no siempre es una anulación violenta de la existencia.

En este relato, el hombre muere apaciblemente despechado por la continuidad de la vida a su alrededor, el malacara, el bananal, los monos, las serpientes, su familia.

La realidad monótona lo hace dudar de la veracidad de su situación, ¿es de verdad posible que muera en medio de tanta vida?, mientras fallece, está suspendido en una irrealidad llena de cuestionamientos de este tipo, los detalles concretos y cotidianos que usa el maestro le dan al cuento un aire de alucinación, muy posible en un mediodia tropical.

Horacio Quiroga se enfoca en las posibilidades metafísicas de la muerte, ese pasaje entre estar vivo y yacer muerto debajo de un bananal.

Universos alternos

Se hace constante referencia al tiempo, a la muerte y al cansancio, el salto entre un narrador omnisciente y los propios pensamientos del hombre pasa desapercibido.

El cuento transcurre en un instante y en varios a la vez. Por un lado unos pocos minutos pasan desde que intenta cruzar el alambrado y cuando por fin muere, pero en el mundo interior del hombre parece ocurrir un espacio de tiempo mucho más extenso.

El hombre se pasa los últimos minutos de su vida pensando que tras diez años de trabajar en el monte debería saber cómo usar un machete sin matarse en el proceso y en que nunca se espera que el momento de la muerte puede venir de la manera más inesperada y a veces ridícula posible.

Se percibe el realismo en la descripción del accidente: ‘Apreció mentalmente la extensión y la trayectoria del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, la seguridad de que acababa de llegar al término de su existencia.’

Conclusión

Al final, el efecto es: ‘Te puedes morir en cualquier momento’ y lo que la perspectiva provoca en el ánimo del lector.

A lo mejor de esa manera por fin te decides a declarártele a tu crush o a hacer eso a lo que no te animabas por temor o que postergabas con un ‘cuando tenga tiempo’, no te olvides de que ‘éste puede ser tu último segundo’.

Fuentes