El hombre muerto

El hombre muerto es un cuento escrito por Horacio Quiroga publicado en 1917 en los Cuentos de amor de locura y de muerte. Trata sobre los últimos minutos en la vida de un hombre que resbaló al cruzar un alambrado y se clavó su machete en el vientre por accidente.

Armé un vídeo con los mismos contenidos de la entrada (por si no tienes ganas de leer lol), lo puedes ver aquí.

Contexto literario de ‘El hombre muerto’

Cuando el romanticismo estaba muriendo ya llevaba un declive que se extendió por que en las tierras latinoamericanas tuvo aceptación. Aquí coexistió con otras corrientes literarias dando lugar a amalgamas que no se encuentran en ningún otro lugar.

El realismo es la antítesis del romanticismo, buscaba retratar la realidad de la manera más objetiva posible en oposición al heroísmo y perfección de los protagonistas románticos.

Adquirió matices únicos en latinoamerica siendo influenciado por la situación geopolítica, el clima, la orografía y la cultura heredada de los antiguos pobladores de estas tierras.

Don Horacio Quiroga amaba a la provincia Argentina de Misiones. La conoció en 1903 cuando participó en una expedición de Leopoldo Lugones amigo y mentor, como fotógrafo.

En 1906 compró una chacra a orillas del Alto Paraná en sociedad con un amigo, y comenzó a hacer los preparativos para vivir allí, mientras enseñaba Castellano y Literatura.

Se casó con una de sus alumnas (oie que?) y la llevó a su chacra, tuvieron dos bebés y varios años después ella se suicidó (oh raios).

Quiroga sabía de la vida en la selva, la colonización de las tierras vírgenes y lo que implicaba, la lucha del hombre contra los elementos y la naturaleza.

Conocimientos empleados en muchos de sus textos, incluido ‘El hombre muerto’.

Cascadas de Iguazí en la frontera de la selva Misionera, en donde sucede el relato 'El hombre muerto'
Cascadas de Iguazú en la frontera de la selva Misionera

Resumen de ‘El hombre muerto’ [spoilers]

El relato es breve.

Un hombre se ha herido de muerte mientras volvía a su casa, yace tendido en el alambrado que intentaba cruzar y empieza a reflexionar en su familia, el monte que era virgen cuando llegó y que transformó en su hogar.

Piensa en la dirección de los poblados cercanos, los vecinos que pasan a lo lejos, su esposa y sus dos hijos.

El hombre va a morir y lo sabe, su caballo se aleja tranquilamente al oír a su familia acercarse, cuando pasa a su lado, el hombre ha muerto.

La muerte en la obra de Horacio Quiroga [spoilers]

La muerte es un tema frecuente en la mayoría de los cuentos de Don Horacio que se desarrollan en Misiones, en los que aparece como algo bastante común.

Para nosotros, acostumbrados a una vida urbana, la muerte atroz de la mayoria de sus personajes escapa de lo normal, pero si te imaginas en medio de la selva de Misiones, prácticamente aislada de la civilización, adquiere una cualidad auténtica que cabe en lo natural.

Con depredadores al acecho, flora venenosa y un clima extremo.

Se percibe que veía a la naturaleza como una fuerza dadora de vida pero también despiadada a la hora de reclamarla.

Morir en la selva

En contraste con otros de sus relatos como ‘La gallina degollada’ y ‘La meningitis y su sombra‘, la muerte no siempre es una anulación violenta de la existencia.

En este relato, el hombre muere apaciblemente despechado por la continuidad de la vida a su alrededor, el malacara, el bananal, los monos, las serpientes, su familia.

La realidad monótona lo hace dudar de la veracidad de su situación, ¿es de verdad posible que muera en medio de tanta vida?, mientras fallece, está suspendido en una irrealidad llena de cuestionamientos de este tipo, los detalles concretos y cotidianos que usa el maestro le dan al cuento un aire de alucinación, muy posible en un mediodia tropical.

Horacio Quiroga se enfoca en las posibilidades metafísicas de la muerte, ese pasaje entre estar vivo y yacer muerto debajo de un bananal.

Universos alternos

Se hace constante referencia al tiempo, a la muerte y al cansancio, el salto entre un narrador omnisciente y los propios pensamientos del hombre pasa desapercibido.

El cuento transcurre en un instante y en varios a la vez. Por un lado unos pocos minutos pasan desde que intenta cruzar el alambrado y cuando por fin muere, pero en el mundo interior del hombre parece ocurrir un espacio de tiempo mucho más extenso.

El hombre se pasa los últimos minutos de su vida pensando que tras diez años de trabajar en el monte debería saber cómo usar un machete sin matarse en el proceso y en que nunca se espera que el momento de la muerte puede venir de la manera más inesperada y a veces ridícula posible.

Se percibe el realismo en la descripción del accidente: ‘Apreció mentalmente la extensión y la trayectoria del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, la seguridad de que acababa de llegar al término de su existencia.’

Conclusión

Al final, el efecto es: ‘Te puedes morir en cualquier momento’ y lo que la perspectiva provoca en el ánimo del lector.

A lo mejor de esa manera por fin te decides a declarártele a tu crush o a hacer eso a lo que no te animabas por temor o que postergabas con un ‘cuando tenga tiempo’, no te olvides de que ‘éste puede ser tu último segundo’.

Fuentes

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